viernes, 20 de enero de 2012

¡PIENSA PRIMERO!

NUESTRO PAN DIARIO
Viernes, 20 enero 2012

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En los Estados Unidos en los año 80, Lee Atwater, director de una campaña política, causó un terrible dolor con sus palabras. Su personal se enteró de que un candidato al Congreso del partido opositor había pasado una vez por una severa depresión y se había sometida a terapia con choques eléctricos. Cuando Atwater divulgó la información a la prensa humilló al candidato y desató dudas sobre su capacidad. angustiado, el hombre cuestionó la ética de la campaña de Atwater. Atwater respondió diciendo que no tenía intención alguna de contestar a un hombre <>. Diez años después, a Atwater le encontraron un tumor cerebral incurable. Estuvo confinado a su cama conectado a máquinas, tubos y alambres. Antes de morir, escribió una carta al candidato opositor y le pidió perdón. vio lo crueles y despiadadas que habían sido sus palabras.
Nuestras palabras pueden ser igual de devastadoras. Y parece que a quienes más herimos es a nuestros hijos, familia o hermanos en la fe. Como creyentes en Cristo, tenemos una obligación delante de Dios de evaluar el impacto de nuestras palabras. Las palabras indolentes, airadas y llenas de odio pueden hacer mucho daño, de lo cual tendremos que dar cuenta (Mt. 12: 3637). Pidamos ayuda a Dios. Antes de que nuestra boca salgan palabras hirientes, piensa primero...luego no las digas. PIENSA ANTES DE ACTUAR; PIENSA DOS VECES ANTES DE HABLAR.

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