Jueves, 2 de Febrero 2012
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ver: Juan 19: 25-30.
Cuando Jesús vio a su madre desde la cruz, su corazón se conmovió por ella. Sabía que su dolor era más profundo que el de cualquier otra persona de las que estaban allí, y le prestó especial atención. El dolor de los padres cuando ven a un hijo o hija sufrir y morir casi no se puede describir. Yo he visto esto una y otra vez cuando he tenido que asistir a padres en la partida de sus hijos. Sufro con ellos, pero al mismo tiempo sé que mi dolor no se compara con lo que sintiera si la persona que estuviera sufriendo y muriendo fuera mi hijo, hija o nieto. Esto a veces me perturba. Aunque deseo ser una persona autentica en mi preocupación por los demás y quiero <
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