viernes, 17 de febrero de 2012

PREDESTINADOS

NUESTRO PAN DIARIO
Viernes,17 de febrero 2012

Efesios 1: 5.- En amor habiéndonos predestinados para ser adoptados hijos suyos por medio de Jesucristo, según el puro afecto de su voluntad.

Aquello para lo que Dios te ha predestinado, lo podemos comparar a un fideicomiso. A diferencia de un testamento, un fideicomiso te da la capacidad de asignar, no sólo a quién dejas tus bienes, sino también el tiempo que tiene que cumplirse para que se liberen.

Es por esto que tus decisiones hoy son tan valiosas. Cuando llegue el momento en que se desate el destino de Dios para tu vida, tienes que estar listo de manera que lo que recibas no pase a cubrir tus malas decisiones del pasado, sino que sirvan para cubrir tu futuro.

Fuiste predestinado por Dios, en su amor. Él tiene pensamientos de bien y no de mal acerca de ti, para darte el fin que tú esperas.

¿De qué tú vas a ser prisionero hoy? ¿De las circunstancias? ¿O del destino que Dios tiene para tu vida?

En la palabra podemos encontrar varios ejemplos de hombres y mujeres que decidieron ser prisioneros del destino de Dios para sus vidas, por encima de lo que dictaban las circunstancias.

José, a los 17 años, sabía para donde iba. Dios le dio sueños en los que le reveló de antemano cuál sería su fin. Por eso, ninguna situación en su vida lo atrasó, sino que todas ellas lo adelantaron.

Dos veces le quitaron las ropas que le habían entregado. Sus hermanos le quitaron la túnica de colores que le había regalado su padre, y la mujer de Potifar también le quitó sus ropas. Las situaciones en la vida de José, como en la tuya, parecían repetirse.

Pero hubo una ocasión, en la vida de José en la que no le pudieron quitar las ropas: cuando fue Faraón quien le dio ropas para vestirse, en el momento del cumplimiento de su destino. Y este momento en tu vida, también va a llegar.

Lo que José aprendió en casa de Potifar fue lo que aplicó en casa de Faraón. Lo que lo llevó al palacio fue la cárcel. De casa de Potifar él no iba a ir a la casa de Faraón, pero de la cárcel sí. En vez de los eventos retrasarlo, lo adelantaron.

Si José hubiese cedido ante la esposa de Potifar, sus decisiones lo hubieran retrasado. Dios podía ponerlo en una posición de autoridad comoquiera, pero hubiera tenido que trabajar con consecuencias adicionales que no eran parte del plan de Dios.

José era un prisionero de destino. José le dijo a aquella mujer, que Potifar le había puesto todo en su mano, excepto a ella. En ninguno de los 2 sueños que Dios le dio estaba aquella mujer. José reconoció que ella no era parte del destino de Dios para su vida.

Cuando vives convencido de que Dios te llamó a la grandeza, sabes para donde vas, tomas decisiones sabias, y puedes caminar conforme a lo trazado por Dios para llegar al destino que él tiene para ti, y las circunstancias te adelantan, te impulsan, en vez de retrasarte; sabes que algún día Dios te va a dar una túnica que nadie te va a poder quitar.

Otro ejemplo de alguien prisionero de destino, y no de circunstancias, es Rut.

Rut enviuda y decide quedarse con su suegra, Noemí. Según las circunstancias, Rut iba a permanecer viuda. Pero Rut no se dejó llevar por las circunstancias, y terminó casándose con Boaz, un pariente rico de Noemí.

Rut pudo haber sido presa de las circunstancias difíciles que le rodeaban, pero decidió seguir el instinto de su interior, la dirección del Espíritu Santo, y se convirtió en una prisionera de destino. Lo que hizo por su suegra, lo escuchó la persona correcta.

Esto es lo que Dios va a hacer en tu vida. La gente correcta va a escuchar, y se va a desatar, y cumplir, el destino que Dios tiene para ti.
Mensaje enviado por: hno Otoniel.

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