jueves, 28 de mayo de 2015
Jueves, 28 de mayo del 2015.
ESTUDIO BÍBLICO :
LECCIÓN : HEBREOS 10 : 01 al 03.
TEXTO : HECHOS 2 : 21.
Verso 28. lección anterior.
"Así también Cristo fue ofrecido una sola vez para llevar los pecados de muchos; y aparecerá por segunda vez, sin relación con el pecado, para salvar a los que lo esperan."
Este versículo no se refiere al momento en que Cristo recoja a Su iglesia, sino a Su venida como soberano para juzgar a la tierra. Sin embargo, los creyentes no serán sometidos a juicio. Cuando Él venga por segunda vez no será para arreglar el problema del pecado. La próxima vez Él no va a venir para caminar alrededor del Mar de Galilea o por las calles de Jerusalén para ver qué harán los hombres frente a Su sacrificio. Cristo vendrá para juzgar.
Por lo tanto, estimado hermano, hoy podemos plantearlo sencillamente de la siguiente manera: sólo hay dos lugares donde se puede encontrar su pecado: sobre usted o sobre Cristo. Si usted no ha aceptado el sacrificio de Cristo, si usted no ha confiado en Él como su Redentor, si no le reconoce ninguna autoridad sobre usted, entonces en su futuro personal sólo quedará el juicio del gran Trono Blanco. Nadie que aparezca ante ese juicio, va a salvarse. Pero a cada uno se le dará una oportunidad justa de presentar sus obras y descubrir que Dios tuvo razón desde el principio. Dios siempre está en la posición correcta. Así que, en conclusión, si hoy su pecado se encuentra sobre usted, o sea que continúa siendo una carga que usted lleva, no hay ningún medio humano por el cual usted pueda removerlo. Sólo la obra de Cristo en la cruz puede liberarlo de esa carga.
Como termina diciendo este versículo 28, cuando Cristo venga la próxima vez, será "sin relación con el pecado, para salvar a los que lo esperan". Es decir, en ese momento Él completará la salvación. Nuestra salvación opera en tres tiempos: He sido salvo, (tiempo pasado), estoy siendo salvado, (tiempo presente) y seré salvo (tiempo futuro). Recordemos lo que escribió el apóstol Juan en su primera carta, capítulo 3, versículo 2: "Amados, ahora somos hijos de Dios y aún no se ha manifestado lo que hemos de ser; pero sabemos que cuando él se manifieste, seremos semejantes a él, porque lo veremos tal como él es". Ahora bien, aquel va a ser un gran día para cada uno de los creyentes. Así que controlemos nuestro disgusto o descontento con la forma de ser de otros cristianos, y seamos tolerantes los unos con los otros. Porque Dios aún no ha terminado Su obra en cada uno.
Alguien dijo que todos los cristianos debían llevar escrita en sus espaldas la siguiente leyenda: "Esto no es lo mejor que la gracia de Dios puede hacer". Dios no ha finalizado su tarea de transformación en cada uno de nosotros. Y deberíamos darle gracias por ello. Cristo Jesús va a aparecer por segunda vez, ya no para cargar con pecado alguno, sino para traernos salvación y liberarnos. Pero, estimado oyente, Él no vendrá para solucionar el problema del pecado en aquel que no le ha aceptado. Para esa persona, Él va a venir como juez.
Sin ninguna pausa ni interrupción con respecto al capítulo 9, el escritor de esta epístola continuó desarrollando el tema del sacrificio superior. Hebreos 10 : 1.-
"La Ley, teniendo la sombra de los bienes venideros, no la imagen misma de las cosas, nunca puede, por los mismos sacrificios que se ofrecen continuamente cada año, hacer perfectos a los que se acercan."
Al concluir el capítulo 9 el escritor estaba diciendo que si Cristo no hubiera obtenido la salvación por Su muerte en la cruz en Su primera venida a este mundo, en el futuro no quedaría ninguna esperanza, sino el juicio. Estimado oyente, si usted rechaza al Señor Jesucristo como Salvador, tendrá el futuro más triste que se pueda imaginar. Hemos estado presentes en muchos entierros y algunos de ellos fueron de personas que no habían sido salvas. No hay tristeza mayor que la que se siente en un funeral por parte de los familiares de personas no salvas. Y es lógico que así sea. Recordamos el caso de una esposa, por ejemplo, cuyo esposo falleció. Ella dependía mucho de él. El pastor, en su sermón previo al entierro, no pronunció palabras de consuelo, sino que comunicó las buenas noticias de la salvación del mensaje del Evangelio. Al terminar, en su profunda tristeza ella se acercó al Pastor y le preguntó: "¿Queda alguna esperanza?" Y él le respondió. "Hay esperanza para usted". Es que para él ya no había ninguna esperanza. Él era un hombre que acostumbraba a blasfemar contra Dios y que no quería tener nada que ver con la iglesia, ni con el Señor Jesucristo, ni con los cristianos. Después de la muerte, a él solo le quedaba enfrentarse con el juicio.
Dice este versículo 1: "Porque la Ley, teniendo la sombra de los bienes venideros, no la imagen misma de las cosas". La Ley Mosaica cumplió un buen propósito al ser una figura que enseñó a Israel. Como Dios había enseñado a Israel de una manera tan meticulosa, juzgó a la nación con gran severidad. Cuando el Señor Jesús se encontraba en este mundo dijo, en Lucas 13:34, "¡Cuántas veces quise juntar a tus hijos, como la gallina a sus polluelos debajo de sus alas, pero no quisiste!" Estimado oyente, si usted no cree que el juicio de Dios no fue realmente severo, vaya a Jerusalén y camine por las calles de la ciudad vieja. Recorra el área donde sabemos que Jesús estuvo. En la actualidad, toda esa zona está cubierta de escombros. ¿Por qué? Porque esa ciudad ha sido juzgada. ¡Cuántas veces el Señor había intentado reunirse con Su pueblo elegido! Él les había entregado el Antiguo Testamento con una clara enseñanza del ritual del tabernáculo.
Contrastemos la luz que ellos recibieron con la oscuridad en que otros pueblos vivieron. Los israelitas tuvieron el Antiguo Testamento, que era, y aún es, un libro ilustrado, un libro sencillo como un abecedario. Ese es el motivo por el cual muchas personas no captan su significado. Porque se trata de un simple libro ilustrado, didáctico, en el cual Dios está tratando de decirnos a todos, como si fuéramos niños, que Él murió por nosotros. Y el mensaje que contiene dicho libro es así de sencillo.
Ahora, es importante que destaquemos otro detalle. Observemos que la ley estaba relacionada con el tabernáculo y los sacrificios. Esta idea de que uno puede separar los mandamientos de Dios de Su ley ceremonial está totalmente equivocada. Si usted quiere regresar al sistema legal y colocarse bajo los Diez Mandamientos, sería mejor que se construyera un pequeño tabernáculo para usted, y comenzar a criar machos cabríos y ovejas, porque va a necesitar a estos animales. Pero amado hermano, recuerde que Cristo terminó con ese sistema. Ahora nos encontramos sobre una base o fundamento completamente diferente, y mucho más elevado. Por ejemplo, Dios quiere traer alegría a nuestra vida. La ley nunca prometió alegría. Allí en el Monte Sinaí, cuando la ley fue entregada, hubo truenos y relámpagos, y la gente sentía que podía morirse. Pero cuando vino Jesús, fue Él quien murió para que nosotros pudiéramos tener vida. de Hebreos: 10: 2.-
"De otra manera cesarían de ofrecerse, pues los que tributan este culto, limpios una vez, no tendrían ya más conciencia de pecado."
Es decir, que si los sacrificios que ellos ofrecían podían remover su culpa, un sacrificio habría resultado suficiente.
Es interesante observar que después que Jesús murió, sólo pasaron unos pocos años hasta que el templo fuera destruido. E Israel no ha sido capaz de edificar otro templo. Tienen una pequeña miniatura o maqueta del templo para exhibirla en un hotel de la parte nueva de Jerusalén. Pero no tienen un templo en la actualidad. Y tampoco parece que vayan a tenerlo pronto. Es que cuando Cristo se convirtió en un sacrificio, ese hecho terminó con la necesidad del tabernáculo y del templo.
Hoy los israelitas no están ofreciendo sacrificios. Cierto guía de la ciudad de Jerusalén estaba mostrando la maqueta del templo, y cuando un visitante le preguntó dónde estaba el altar de bronce, el guía lo miró sorprendido y le respondió: "Eso ya ha quedado en el pasado, porque ahora tenemos una religión ética". Hay muchas personas que tienen hoy una religión ética, pero, estimado oyente, aquel sacrificio sangriento era necesario para que toda la familia humana pudiera tener el perdón de los pecados.
La frase inicial del versículo 2, al decir, hablando de los sacrificios, "de otra manera dejarían de ofrecerse" expresa que los adoradores, una vez purificados, ya no se habrían sentido culpables de pecado. de Hebreos 10: 3.-
"Pero en estos sacrificios cada año se hace memoria de los pecados"
Así es que, en realidad lo que aquellos sacrificios lograron fue recordar a los israelitas que el sistema de sacrificios no estaba completo, porque si lo hubiera estado, no habrían tenido que volver a repetirlos cada día. Los sacrificios eran sólo una sombra, que corresponde a la palabra griega "skian", que significa un esbozo, una figura poco delineada. Los sacrificios antiguos eran una sombra, nunca una substancia. Y, hermano, las sombras no son suficientes. Usted no puede vivir en la sombra de una casa, sino en una casa concreta y material.
Y nuevamente enfatizamos que los sacrificios no tendrían necesitad de repetirse, su hubieran sido completos. Por ejemplo, si una persona dice que se ha curado de una enfermedad y todavía sigue tomando regularmente sus medicinas, significa que no se ha sanado. Y cuando una persona continúa trayendo cada año sacrificios, significa que no se ha sanado de la herida de su pecado. Fue Cristo quien hizo el sacrificio único, de una vez por todas. En aquellos sacrificios había como un recordatorio de los pecados, año tras año. Y cada año se celebraba el gran Día de la Expiación. ¿Y qué significado tenía? La respuesta no había aún llegado y no llegaría hasta que allá en el Gólgota Jesús exclamó: "¡Consumado es!" Estimado oyente, entonces sí que la obra de Cristo quedó completa. Y al año siguiente ya no sería necesario celebrar un Día de la Expiación. En realidad, el autor de esta carta nos diría que celebrar hoy ese sacrificio sería pisotear la sangre de Jesús. DIOS TE BENDIGA.
pastor SAMUEL RICARDO siervo de Jesucristo.-
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