viernes, 28 de agosto de 2015

ESTUDIO BÍBLICO : jueves, 27 de agosto 2015. LECCIÓN : HEBREOS 11: 01 al 03. TEXTO : GÉNESIS : 1: 1.-

ESTUDIO BÍBLICO : jueves, 27 de agosto 2015. LECCIÓN : HEBREOS 11: 01 al 03. TEXTO : GÉNESIS : 1: 1.- 1.- Es, pues, la fe la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve. Al estudiar este versículo, notemos los siguientes puntos: a. La Fe. La palabra fe en el Nuevo Testamento tiene muchas acepciones. Por ejemplo, cuando los cristianos judíos, a quienes Pablo había intentado destruir, hablaron de su fe en Cristo, dijeron: “El hombre que anteriormente nos perseguía predica ahora la fe que una vez trató de destruir” (Gal. 1:23). La fe es en este caso una confesión, algo muy parecido a nuestra manera de llamar al Credo Apostólico “los artículos de nuestra fe cristiana”. Sin embargo, este no es el significado de la fe que quiere transmitir el escritor de Hebreos. Para los evangelistas que escribieron los Evangelios, Jesucristo es el objeto de la fe. Juan resume este énfasis al afirmar el propósito de su Evangelio, a saber, “para que creáis que Jesús es el Cristo, el Hijo de Dios, y para que creyendo tengáis vida en su nombre” (Jn. 20:31). También Hechos demuestra que en el primer siglo, “una fe personal de Jesús era el sello distintivo de los cristianos primitivos”. Vemos aún otro aspecto de la fe en el énfasis que Pablo pone en la apropiación, es decir, en reclamar para uno mismo la salvación en Jesucristo. Pablo sostiene que Dios restauró la situación del pecador con él por medio de la fe: “Esta justicia de Dios viene por medio de la fe en Jesucristo a todos los que creen” (Ro. 3:22). Y Pablo explica que la fe viene de oír la proclamación de la Palabra (Ro. 10:17). El escritor de Hebreos reconoce estos aspectos de la fe que otros escritores del Nuevo Testamento especifican. Sin embargo, su uso del concepto fe debe ser entendido primordialmente en el contexto del capítulo once de su epístola. Los héroes de la fe tienen una cosa en común: ponen su total confianza en Dios. A pesar de todas sus pruebas y de sus circunstancias difíciles, ellos triunfaron por su confianza en Dios. Para el escritor, tener fe es apegarse a las promesas de Dios, depender de la Palabra de Dios, y permanecer fiel al Hijo de Dios. Si consideramos el capítulo once dentro del contexto de Hebreos, se evidencia la intención del escritor de contraponer la fe al pecado de la incredulidad (3:12, 19; 4:2; 10:38–39). Frente al pecado de caer y apartarse del Dios viviente, el escritor coloca directamente la virtud de la fe.Los que se niegan a poner su confianza en Dios son destruidos, pero los que creen son salvados (10:39). b. La seguridad. ¿Qué es la verdadera fe? En 1563 un profesor alemán de teología, Zacarías Ursino, formuló su fe personal en los siguientes términos: La verdadera fe— creada en mí por el Espíritu Santo por medio del evangelio— no es solamente un firme conocimiento y convicción de que todo lo que Dios revela en su Palabra es cierto, sino también una certeza profundamente enraizada de que no solamente a otro, sino también a mi, me han sido perdonados los pecados, que he sido reconciliado por siempre con Dios, y que se me ha concedido la salvación. Estos son dones de pura gracia obtenidos para nosotros por Cristo. El escritor de Hebreos expresa la misma certeza por medio de una redacción mucho más concisa: “La fe es estar seguro de lo que esperamos”. La expresión estar seguro aparece traducida en otras versiones por la palabra “sustancia”. La diferencia entre estas traducciones depende de tomar ya sea en un sentido subjetivo o en un sentido objetivo la palabra del original griego hypostasis. Si estoy seguro de algo, tengo certeza en mi corazón. Este es un conocimiento subjetivo, puesto que está dentro de mí. La seguridad es, en tal caso, una cualidad subjetiva. En contraste con esto, la palabra sustancia es objetiva porque se refiere a algo que no es parte de mí. Sustancia es más bien algo con lo que puedo contar. Una traducción lo formula así: “La fe es el título de propiedad de las cosas esperadas”. Eso es, en realidad, el sentido objetivo. Llegar a una elección bien definida en este asunto no es fácil, ya que una traducción no excluye a la otra. La traducción confianza o seguridad ha obtenido ahora la preeminencia, posiblemente debido a que 3:14 tiene también la misma palabra: “Somos partícipes en Cristo si es que retenemos firmemente hasta el fin la confianza que tuvimos al principio”. En el caso de 11:1, si bien el sentido objetivo tiene validez, se recomienda el sentido subjetivo. El escritor promueve la virtud de la esperanza siempre que puede introducirla (3:6; 6:1, 18; 7:19; 10:23). La esperanza no es una cualidad oculta e inactiva. La esperanza es activa y progresiva. Tiene que ver con todas las cosas que Dios ha prometido a los creyentes: “Todas las cosas de la gracia presente y de la gloria futura”.347 c. La certidumbre. Si bien esta breve declaración acerca de la fe consiste de solamente dos frases, las mismas están perfectamente equilibradas. Nótese la estructura: es estar seguro estar cierto de lo que esperamos de lo que no vemos. En suma, la seguridad está equilibrada por la certidumbre. Estos dos sustantivos son sinónimos en este texto. La certidumbre significa, entonces, “una convicción interna”. El creyente está convencido de que las cosas que no puede ver son reales. Sin embargo, no toda convicción es igual a la fe. La convicción es equivalente a la fe cuando prevalece la certidumbre, aunque la evidencia esté ausente. Las cosas que no vemos son aquellos que tienen que ver con el futuro, el cual a su tiempo se transformará en presente. Aun aquellas cosas del presente, y ciertamente las del pasado, que están más allá de nuestro alcance corresponden a la categoría de “lo que no vemos”. . Westcott comenta lo siguiente: “La esperanza incluye tanto lo que es interno como lo que es externo”. La esperanza radica en la mente y en el espíritu del hombre; la vista tiene que ver con uno de sus sentidos (Ro. 8:24–25). Por lo tanto, la fe irradia desde el ser interior del hombre, dónde reside la esperanza, hacia las riquezas que están más allá de su alcance. La fe se manifiesta en su confiada seguridad y en su convencida certidumbre. 2. Es por ella que fueron aprobados los antiguos. 2.- Porque por ella alcanzaron buen testimonio los antiguos. Una traducción un tanto literal de este versículo dice: “Es por su fe que los hombres de antaño [los ancianos] recibieron testimonio” (NEB). La fe demostrada por los antiguos obtuvo para ellos la aprobación de Dios. El término antiguos, más literalmente “los ancianos”, se refiere al mismo grupo de gente mencionado como “antepasados” en 1:1. Todos ellos tienen una cosa en común: su fe. Por dicha fe ellos son alabados por Dios. El escritor de Hebreos comienza su lista de los héroes de la fe con Abel y Enoc. Para ambas ilustraciones, él usa el verbo aprobar o alabar. En el versículo 4 leemos: “Por la fe Abel fue aprobado como hombre justo”, y en el versículo 5: “Por que antes de ser tomado, Enoc fue aprobado por ser una persona que había agradado a Dios”. No hace falta que el escritor diga que cada una de las personas mencionadas en la lista fue aprobada. Todos los antiguos cuyos nombres están registrados en la historia sagrada experimentaron el favor de Dios a causa de su fe. Por su fe ellos fueron reconocidos por Dios y por su pueblo. 3.- Por la fe entendemos haber sido constituido el universo por la palabra de Dios, de modo que lo que se ve fue hecho de lo que no se veía. A primera vista nos inclinamos a leer el versículo 3 junto con el versículo 1 y considerar al versículo 2 como el título lógico que antecede a la lista de los hombres de fe. Pero no tenemos ningún derecho para reordenar el diseño del escritor. El comienza sus ejemplos para demostrar lo que es la fe con un comentario acerca de la creación. Nadie estuvo presente en la creación para observar la formación del mundo. “¿Donde estabas tú cuando coloqué los fundamentos de la tierra?” le pregunta Dios a Job (38:4). Al usar el plural entendemos, el escritor se incluye a sí mismo y a todos sus lectores en la confesión de que Dios creó el mundo. La primera declaración en esa larga lista de versículos que comienza con “por la fe” es tan rica en su significado que haremos bien en considerar este versículo frase por frase. Antes de entrar en una consideración exhaustiva del mismo, sin embargo, debemos notar que el versículo 3 puede traducirse de dos maneras. En efecto, el adverbio de negación no puede ser colocado ya sea antes del verbo hacer o antes de la palabra aparecer ser visible—sin tener en cuenta ahora las otras variantes de traducción de este versículo. El versículo puede traducirse ya sea “de modo que lo que se ve no fue hecho de lo que era visible” o “de modo que lo que se ve fue hecho de cosas que no se ven”. Los traductores están casi igualmente divididos acerca de este punto en particular. Consideraremos el asunto cuando se presente en la secuencia del versículo. a. “Por la fe”. Este es el primer caso en una serie de veintiún usos de la frase por la fe. Después de todos estos casos el escritor le dice a los lectores que no le alcanza el tiempo para escribir acerca de algunos otros santos del Antiguo Testamento que también demostraron su fe (11:32–38). “Todos éstos fueron aprobados por su fe” (11:39). b. “Entendemos”. El escritor y sus lectores pueden entender la creación de Dios por medio de la fe. Aunque no podemos observar lo invisible, en nuestras mentes reconocemos el poder de Dios. Entender la creación—aunque sea en un sentido limitado—significa que reflexionamos en base a la fe acerca de la relación entre el Creador y su creación. En Romanos 1:20 Pablo aporta un notable paralelo que aun en la traducción es casi igual. Romanos 1:20 Hebreos 11:3 Porque desde Por la fe entendemos la creación del mundo que el universo fue formado las cualidades invisibles de Dios … por la palabra de Dios han sido vistas claramente, siendo entendidas de modo que lo que se ve no fue hecho por la que ha sido hecho de lo que era visible c. “El universo fue formado”. Las traducciones van desde “mundo” o “mundos” hasta “universo” (véase Heb. 1:2). Este concepto incluye “todo el esquema de tiempo y espacio” (Phillips). Además, Dios dio forma, estructura y orden al universo. Según el relato de la creación que encontramos en Génesis: “Dios creó los cielos y la tierra” (1:1) y de allí procedió a darle estructura y variedad a una tierra sin forma y vacía. d. “Por la palabra (o mandato) de Dios”. Inmediatamente nos vienen a la mente las seis palabras habladas por Dios en el momento de la creación (Gn. 1:3, 6, 9, 14, 20, 24). “Por la palabra del Señor fueron hechos los cielos”, dice el salmista (Sal. 33:6). A propósito Dios creó el mundo de tal manera que el hombre pueda entender su origen solamente por la fe. Dios hizo el mundo por medio de su palabra de poder. “Porque él habló, y fue hecho; él mandó, y todo estuvo firme” (Sal. 33:9). e. “De modo que lo que se ve”. El escritor de Hebreos se refiere a lo que existe visiblemente en la creación de Dios—es decir, luz, cielo, estrellas, tierra y una cantidad incontable de otras cosas. El hombre puede ver todas estas entidades con sus ojos físicos. Sin embargo, estas cosas no han sido hechas de lo que se puede observar. f. “No fue hecho de lo que era visible”. Dado que nadie estuvo presente al momento de la creación, no existen informes de testigos presenciales. El hombre debe depender de lo que Dios le ha revelado acerca de la creación del universo y de la formación del mundo. Y es por medio de la fe que el hombre adquiere la certeza de que la creación se origina en Dios. ¿Como debe traducirse el versículo 3? Yo he adoptado la traducción que usa el negativo ante el verbo hacer, porque dicha traducción parece favorecer la fluidez del argumento. La palabra visible implica que hubo un tiempo en que esta creación no existía, y que por consiguiente la misma no es eterna. La creación tiene un principio. Además, antes de la creación, prevalecía lo invisible. Nos hubiera gustado recibir revelación adicional acerca de este punto, pero el escritor de Hebreos no aporta ninguna información especial acerca de aquellos puntos en que la revelación de Dios permanece en silencio. Haremos bien, entonces, en no especular (Dt. 29:29).- &&&&&& Consideraciones prácticas en 11:1–3 En la epístola a los hebreos, el capítulo 11 es el capítulo acerca de la fe. En un punto anterior de la carta, el escritor ya introdujo el concepto de fe al hablar de los israelitas desobedientes. Esta gente oyó el mensaje del evangelio, pero “no lo combinaron con fe” (4:2). Ellos no perseveran; en lugar de ello, siguieron su propio camino caprichoso. El escritor enfatiza el aspecto de la perseverancia en la fe (10:36) y contrapone conspicuamente la fe frente a la incredulidad. La fe es entonces la confianza que el creyente expresa al enfrentarse con la flagrante incredulidad. Esta incredulidad rodea al creyente especialmente cuando el origen del mundo llega a ser el tema de discusión. El hombre moderno se rehúsa a aceptar el relato de la creación que se halla en Génesis. Para él la enseñanza acerca de la evolución resuelve problemas y contesta preguntas. Dado que esta doctrina sustituye al relato bíblico de la creación, el hombre rechaza a Dios y a su Palabra. En respuesta a la incredulidad, el cristiano mantiene su fe sin vacilar. El sigue enseñando confiadamente el relato de la creación que Dios ha revelado en la Escritura. pastor SAMUEL RICARDO siervo de Jesucristo.

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