viernes, 22 de marzo de 2019

ESTUDIO BÍBLICO 21 de Marzo 2019 LECCIÓN : Deuteronomio 1:34 al 40. TEXTO: Isaias 7: 16.- "Cuando Jehová oyó la voz de vuestras palabras, se enojó e hizo este juramento: Ni un solo hombre de esta mala generación verá la buena tierra que juré que había de dar a vuestros padres, excepto Caleb hijo de Jefone; él la verá, y yo le daré a él y a sus hijos la tierra que pisó, porque ha seguido fielmente a Jehová. También contra mí se enojó Jehová por vosotros, y me dijo: Tampoco tú entrarás allá. Josué hijo de Nun, el cual te sirve, él entrará allá; anímale, porque él la entregará a Israel." Caleb y Josué eran muy diferentes de los demás. Eran de los espías que creyeron en Dios y trajeron un informe exacto, un informe bueno. El hecho es que Caleb logró tomar posesión de la tierra que quería tener. Veremos más adelante en el libro de Josué, que era un hombre extraordinario. Recorrió aquella tierra y ¡reclamó precisamente la montaña donde vivían los gigantes! Y cuando llegó el momento, le dijo a Moisés: Dame, pues, ahora este monte. Y Dios se lo entregó a él y a sus descendientes. A propósito estimados hermanos, ¿qué desea usted de Dios? ¿Es usted padre o madre? ¿Es usted un joven que comienza a luchar en esta vida? ¿Qué desea usted de Dios? Permítanos decir lo siguiente: Quizás a estas alturas usted ya habrá descubierto que uno no puede simplemente sentarse y observar, para luego pretender lograr lo que quiere. Pues no se trata simplemente de orar, y orar, y orar. Por supuesto que estamos de acuerdo que debemos orar, y que es necesario mantener una relación de compañerismo con Dios. Pero es evidente que hay que salir y luchar para tomar posesión de lo que deseamos. Recordemos que Dios dijo que le daría a Caleb la tierra en la cual él había puesto su pie. Muchos de nosotros hoy en día, no recibimos bendición porque, figurativamente hablando, pasamos demasiado tiempo sentados. Allí no es donde debemos estar. Debemos caminar, ponernos en movimiento. Es mucho lo que se dice en las Sagradas Escrituras sobre el caminar del cristiano, pero muy poco se dice en cuanto al sentarse del cristiano. ¡Debemos tomar posesión de lo que Dios nos ha prometido! Josué era el hombre que habría de convertirse en el líder para suceder a Moisés. ¿Por qué fue elegido? Era un hombre de experiencia y también seguía fielmente a Dios. Él había sido el otro espía que trajo un buen informe junto con Caleb, al terminar el reconocimiento de la tierra. En otras palabras, estos dos hombres creyeron a Dios. Eso era lo esencial. Creyeron a Dios y estaban dispuestos a salir a luchar por la fe. Estimado hermano, no se cree a Dios simplemente sentándose en una actitud pasiva de espera y demandando las grandes bendiciones. Debemos salir por la fe para implicarnos en la causa de Dios. Continuemos leyendo el versículo 39: "Y vuestros niños, de los cuales dijisteis que servirían de botín, y vuestros hijos, que no saben hoy lo bueno ni lo malo, ellos entrarán allá; a ellos la daré y ellos la heredarán." Hay aquí algunas cosas muy importantes que no queremos pasar por alto. En primer lugar, la edad en que las personas alcanzan la responsabilidad es mayor que la que nosotros creemos que es. Algunos de éstos que entraron en la tierra prometida estaban entre la edad de trece a diecinueve años en Cades-barnea. Sabemos por nuestro estudio del libro de Números 14:29 que Dios fijó la edad de 20 años, y todos los de más de 20 años murieron en el desierto. Dios no hizo responsables a aquellos jóvenes que no habían alcanzado la edad de responsabilidad, cuando los ancianos del pueblo rehusaron entrar en la tierra prometida, sino que les permitió entrar en la tierra. Es que los de la vieja generación habían dicho que no querían entrar en la tierra porque estaban pensando en la seguridad de sus hijos; y Dios expresó con toda claridad que ese no era el motivo verdadero que ellos tenían. Estaban insultando a Dios. Estaban diciendo realmente que Dios no cuidaría a los niños. Entonces Dios les dijo: "Sí, cuido a vuestros hijos; y aquellos pequeños que creísteis estaban en gran peligro, son precisamente los que entrarán en la tierra". Y esa generación de jóvenes había llegado al límite de la tierra y estaba lista para entrar en la tierra prometida. Y fue a ellos a quienes se dirigió Moisés. Leamos ahora los versículos 40 de este capítulo 1 de Deuteronomio: "Pero vosotros volveos e id al desierto, camino del Mar Rojo. " Después que los hijos de Israel habían rehusado entrar en la tierra en Cades-barnea, afrontaron un dilema tremendo. Habían pecado contra Dios. Se enfrentaban al desierto si volvían atrás, aquel desierto al que Moisés se había referido como aquel grande y terrible desierto. Reconociendo entonces que habían pecado, y dándose cuenta de lo que enfrentaban en el desierto si se volvían atrás, declararon que, después de todo, entrarían en la tierra. Reflexionemos; Moisés recuerda a los israelitas su marcha desde Horeb a Cades-barnea a través de aquel desierto grande y terrible. Les muestra lo cerca que estuvieron de establecerse felizmente en Canaán. Como si no fuera suficiente que tuvieran la seguridad de su Dios ante ellos, iban a enviar hombres delante de ellos. Nunca nadie había visto la Tierra Santa, pero debían aceptarla como tierra buena. ¿Había alguna causa para desconfiar de este Dios? En el fondo de todo esto se hallaba un corazón incrédulo. Toda desobediencia a las leyes de Dios, y la desconfianza de su poder y bondad, provienen de la incredulidad a su palabra, así como toda obediencia verdadera proviene de la fe. —Es provechoso que dividamos nuestra vida pasada en períodos distintos; dar gracias a Dios por las misericordias que hemos recibido en cada uno de ellos, confesar y buscar el perdón de todos los pecados que podamos recordar; y, de este modo, renovar nuestra aceptación de la salvación de Dios, y nuestra entrega a su servicio. Nuestros planes rara vez tienen un buen propósito; en cambio, el valor para ejercer la fe e ir por la senda del deber, capacita al creyente para seguir plenamente al Señor, para desechar todo lo que se oponga, para triunfar sobre toda oposición, y para asentarse firmemente de las bendiciones prometidas. pastor SAMUEL RICARDO siervo de Jesucristo.- Atento a sus comentarios.-

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