jueves, 28 de marzo de 2019

ESTUDIO BÍBLICO Jueves, 28 de Marzo 2019. ESCUELA DOMINICAL Domingo, 31 de Marzo 2019 Lección: Deuteronomio cap, 1 verso 41 al 46. Texto: Romanos 8: 31- INTRODUCCIÓN : Es provechoso que dividamos nuestra vida pasada en períodos distintos; dar gracias a Dios por las misericordias que hemos recibido en cada uno de ellos, confesar y buscar el perdón de todos los pecados que podamos recordar; y, de este modo, renovar nuestra aceptación de la salvación de Dios, y nuestra entrega a su servicio. Nuestros planes rara vez tienen un buen propósito; en cambio, el valor para ejercer la fe e ir por la senda del deber, capacita al creyente para seguir plenamente al Señor, para desechar todo lo que se oponga, para triunfar sobre toda oposición, y para asentarse firmemente de las bendiciones prometidas. Entonces respondisteis y me dijisteis: Hemos pecado contra el Señor. Nosotros subiremos y pelearemos, conforme a todo lo que el Señor, nuestro Dios, nos ha mandado .vs. 41,. Os armasteis cada uno con vuestras armas de guerra y os preparasteis para subir al monte." Después que los hijos de Israel habían rehusado entrar en la tierra en Cades-barnea, afrontaron un dilema tremendo. Habían pecado contra Dios. Se enfrentaban al desierto si volvían atrás, aquel desierto al que Moisés se había referido como aquel grande y terrible desierto. Reconociendo entonces que habían pecado, y dándose cuenta de lo que enfrentaban en el desierto si se volvían atrás, declararon que, después de todo, entrarían en la tierra. Leamos el versículo 42 de este capítulo 1 de Deuteronomio: "Pero el Señor me dijo: Diles: No subáis ni peleéis, pues no estoy entre vosotros; para que no seáis derrotados por vuestros enemigos." vs, 42.- Permítanos decirle estimado hermano, que tal tipo de lucha no era buena. ¿Y sabe por qué? Porque ellos se encontraban fuera de la voluntad de Dios. La razón por la cual estaban dispuestos a pelear esta vez no era porque creyeran a Dios, sino porque tenían miedo. Su motivación fue el temor, y no la fe. Estaban impulsados por el temor, y no por la fe en Dios. Ahora, el versículo 43 nos dice: "Yo os hablé, pero no me escuchasteis; antes fuisteis rebeldes al mandato del Señor, y persistiendo con altivez subisteis al monte." vs. 43.- Aquí no se trataba de la fe. Si hubieran subido en el principio porque creían a Dios, habría sido diferente. Pero esta actitud revela que actuaron con presunción y eso era una situación totalmente diferente. Creemos que hay una distinción clara ente la fe y la presunción. Continuemos ahora leyendo los versículos 44 al 46 de este capítulo 1 de Deuteronomio: "Pero salió a vuestro encuentro el amorreo que habitaba en aquel monte, os persiguieron como hacen las avispas y os derrotaron en Seir hasta llegar a Horma. Entonces volvisteis y llorasteis delante de Jehová, pero Jehová no escuchó vuestra voz ni os prestó atención. Por eso os tuvisteis que quedar en Cades todo ese tiempo que habéis estado allí." Fíjese en esto estimado Hermano. Llegaron delante del Señor y derramaron lágrimas de cocodrilo. Lloraron y se arrepintieron. Sí, pero, ¿qué clase de arrepentimiento era éste? Escuche lo que nos dijo el apóstol Pablo en su segunda carta a los Corintios 7:10, La tristeza que es según Dios produce arrepentimiento para salvación, de lo cual no hay que arrepentirse; pero la tristeza del mundo produce muerte. Pero volvamos a nuestro pasaje ¿Lloraban acaso porque habían desobedecido a Dios? No. Lloraban porque los amorreos les habían perseguido. La derrota fue el motivo de su llanto. Usted sabe que cuando prenden a un delincuente, él empieza a llorar, derrama lágrimas y se arrepiente. Pero ¿qué clase de lágrimas son ésas? ¿Llora acaso porque ser un ladrón? No. Llora porque le han detenido. Hay una gran diferencia entre el arrepentimiento auténtico y el pesar por haber sido descubierto. Y eso es exactamente lo que vemos aquí con los israelitas. Y como consecuencia de todo esto, pasaron mucho tiempo en Cades-barnea. Repaso; El autor de Deuteronomio concluye declarando que Dios ordenó al pueblo volver y marchar hacia el desierto, en dirección del mar Rojo. Por su falta de fe y por su rebelión contra Jehová, Israel no iba a entrar en Canaán en esta ocasión. Israel fue condenado a regresar al desierto y allí esperar la muerte de la generación incrédula. (6) Derrota de Israel en Horma,Jos 1:41-46. El pueblo, al oír las palabras de Moisés, reconoció su pecado. Por su rebelión Israel había perdido la oportunidad de conquistar la tierra de Canaán. Ahora, en otro acto de rebelión, Israel intenta invadir la tierra de Canaán sin la bendición de Jehová. En vez de regresar al desierto así como Jehová le había mandado, el pueblo actuó presuntuosamente y decidió invadir la tierra de Canaán. Esta decisión revela la naturaleza desobediente de Israel y enseña que no todas las guerras tenían la bendición de Jehová. Los israelitas aprestaron sus armas y atacaron a los amorreos. Dios habló a Moisés y declaró que el pueblo no debería pelear contra los amorreos. Dios no estaría con Israel y la derrota sería inevitable. Según Num 14:44 Moisés no permitió que el arca del pacto acompañara al pueblo en la batalla. La ausencia del arca era símbolo de que la presencia de Dios no iba a estar con el pueblo. Pero el pueblo estaba decidido a invadir a los amorreos e iniciar la conquista de la tierra prometida. La palabra arrogancia (v. 43) significa actuar presuntuosamente, cometer una ofensa premeditada contra Dios y contra sus mandamientos. La invasión de Canaán por el ejército israelita fue un fracaso. Los amorreos derrotaron a los israelitas y ellos huyeron como los seres humanos huyen delante de las avispas. Los amorreos persiguieron el ejército de Israel desde Seír hasta Horma (v. 44), una región en el Néguev. En Num 14:43, Num 14:45 los enemigos son los amalequitas y los cananeos. En Deuteronomio se usa la palabra amorreo para designar a los habitantes de Canaán. La derrota del ejército israelita produjo una crisis de fe en la vida del pueblo. El pueblo, arrepentido, lloró delante de Jehová. La palabra volvisteis (v. 45) significa arrepentirse, cambiar de parecer. La expresión delante de Jehová significa ir delante de Jehová en el tabernáculo, donde estaba el arca del pacto. Pero las lágrimas de arrepentimiento no movieron a Jehová. Así como el pueblo no había oído la voz de Jehová, así el Señor no oyó al pueblo en su hora de angustia. Por su pecado y su rebelión Israel fue condenado a vivir muchos años en Cadesbarnea. Por muchos días (v. 46) es una expresión idiomática en heb. que significa un largo tiempo. Es posible que la mayor parte de los 40 años de peregrinación de Israel en el desierto tuvo lugar en Cadesbarnea. pastor SAMUEL RICARDO siervo de Jesucristo.-

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