sábado, 18 de noviembre de 2006

Estudio Biblico para este sabado 18 de noviembre

RECOLETA, 18 de Nov. 2006
ESTUDIO BIBLICO:
LECCION: 1 CORINTIOS 1: 16-20.
TEXTO: LUCAS 13: 29.
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Vs. 16.- También bauticé a la familia de Estéfanas: La memoria parece haberle fallado a Pablo en el versículo anterior, y se le olvida mencionar a Estéfanas y a su familia junto a Crispo y Gayo. Con todo, al terminar su carta, no dice que la familia de Estéfanas fue el primer grupo de creyentes de la provincia de Acaya (16:15). Eran obreros entusiastas en la iglesia de Corinto, sirviendo en las necesidades espirituales de los creyentes (16:15). ¿Cuántas personas componían su familia? La Biblia nos enseña que el término familia incluye al esposo, la esposa, los niños, otros familiares, esclavos y visitas (Gn. 14:14). En aquel tiempo los jefes de familia consideraban su hogar como una unidad religiosa, en el cual el esposo era el líder. Ejemplo: Lucas afirma que cuando la salvación llegó a Zaqueo, también llegó a su familia (Lucas 19:9; Jn. 4:53). En Hechos nos informa que el jefe de familia y todos los suyos eran salvados y bautizados, como es el caso de Cornelio (10: 2-48; 11:14), Lidia (16:15), el carcelero de Filipo (16:31-34) y Crispo (18:8). Pablo menciona la familia de Onesíforo (2 Timoteo 1: 16) y se refiere a creyentes que pertenecen a la familia del César, Filipenses 4: 22. Nada sabemos del tamaño de la familia de Estéfanas. Era una persona influyente, y podría haber sido el jefe de un amplio círculo familiar.

Vs. 17.- PUES NO ME ENVIÓ CRISTO A BAUTIZAR, SINO A PREDICAR. Pablo subraya que no tiene interés alguno en bautizar creyentes. Ahora nos dice por qué: Cristo le dio la tarea de ser un predicador del Evangelio, Romanos 1:1; 15:15-16; Gálatas 1:16. La tarea de predicar el evangelio requiere de talentos, educación, tacto y habilidad y unción espiritual. Bautizar creyentes es un acto simple (pero necesario) que no requiere mucha ciencia, comparándolo con la predicación. Mientras que la Predicación es la interminable labor de llevar a la gente al arrepentimiento, a la fe, a la nueva vida y al crecimiento. El bautismo es un ritual que se administra una sola vez para separar al cristiano del resto del mundo; la predicación, en cambio es todos los domingos y durante la semana. La intención de Pablo no es desacreditar al bautismo, sólo sigue el ejemplo de Jesús. Lo que hacía Cristo era proclamar el evangelio, dejando que sus discípulos administraran el bautismo a los creyentes (Juan 4: 1-2). Jesús nombró a los apóstoles como pescadores de hombres (Mateo 4: 19), comisionándolos a pescarlos mediante la predicación.
Predicar el evangelio es echar la red, es la labor apostólica. Bautizar tiene que ver con juntar a los peces y ponerlos en canastas”. (Frederic Louis Godet). Como Pablo tenía que dedicar todo su tiempo y dones a la predicación de la palabra, dejó a otros el asunto del bautismo.
NO CON SABIDURIA DE PALABRAS: esta es la primera vez que en esta epístola Pablo menciona la palabra sabiduría. En lo que resta del cap. 1 y en el cap. 2, Pablo usa dicha palabra para hacer un contraste entre la sabiduría de Dios y la sabiduría del mundo. En el presente versículo, sin embarga, la frase sabiduría de palabras describe el estilo de un orador griego, que con elocuencia pronuncia su discurso. La retórica griega le exigía al orador que presentara con destreza los argumentos filosóficos a favor de algún punto de vista particular. Pablo no quiere saber nada con este estilo de oratoria, porque su fin era proclamar con sencillez el mensaje de la cruz. Al predicar el evangelio en términos sencillos, Pablo sigue el ejemplo de Jesús. Cuando Jesús predicaba el evangelio de salvación, la gente común le escuchaba gozosa. Asimismo, la tarea de los apóstoles era predicar el evangelio simple y claramente.
PARA QUE NO SE HAGA VANA LA CRUZ DE CRISTO: cuando Pablo predico el mensaje de la muerte de Cristo en el Calvario, el mundo lo despreció. Ese mundo no podía más que rechazar el mensaje relacionado con una muerte ignominiosa en una cruz. Sin embarga, si Pablo hubiese adoptado la costumbre griega y hubiese entregado su mensaje con elocuencia retórica, el mensaje de la cruz habría quedado despojado de su “poder y gloria”. Su mensaje no hubiera sido más que palabras al viento, sin conversiones ni bautismos. Los corintios sabían bien que Pablo había predicado el evangelio de la muerte de Cristo sin acudir a la oratoria ni a la sabiduría humana (2:1). Humildemente los había llamado al arrepentimiento y a la fe en Jesucristo. Había señalado a la vergonzosa cruz de Cristo, cruz que los había salvado del pecado y de la muerte.

Vs. 18.- PORQUE LA PALABRA DE LA CRUZ ES LOCURA…: en este texto, cada palabra está llena de significado, pues cada una contribuye a producir un poderoso mensaje. Cuando Pablo escribe “la palabra de la cruz”, la separa de la frase sabiduría de palabras (v.17). Aunque en griego los dos términos traducidos “palabra” y “palabras” comparten la misma etimología (LOGOS), en el presente contexto no tienen nada en común. De hecho, tienen significados opuestos. La palabra de la cruz es el mensaje que proclama un acontecimiento de significado histórico y teológico. Apunta a Cristo, quien sufrió la muerte de un criminal, pero cuya muerte afecta el destino del ser humano. Por contraste, la sabiduría de palabras que emite el orador tiene un origen humano y se opone al mensaje de la cruz. “LA PALABRA DE LA CRUZ ES LOCURA”. Para los gentiles del tiempo de Cristo, el relato de la muerte de Jesús sobre una cruz fuera de la ciudad de Jerusalén era una “tontería”. Clasificaban a Jesús como un criminal o un esclavo, porque los romanos sólo crucificaban a criminales. Por tanto, el mensaje de la cruz era un mensaje sin valor, una locura (v.23) “LOCURA A LOS QUE SE PIERDEN”. Esta expresión tiene tanto de un elemento subjetivo como objetivo: en el plano subjetivo, los que repudiaban el mensaje de Pablo lo consideraban una locura; en el plano objetivo, rechazar el mensaje trae perdición irrevocable (2 Co. 2:15; 4:3; 2 Ts. 2:10). No es que estén al borde de la perdición, sino que de hecho se están perdiendo ya. Por contraste, los corintios no se están perdiendo, sino que han sido llamados y santificados (v.2); pertenecen a una clase diferente por haber aceptado “la palabra de la cruz” y creído en el evangelio. Por eso, Pablo anima a sus lectores. “PERO A LOS QUE SE SALVAN”. Esto nos enseña que en principio los creyentes son salvos en esta vida. Gozan de esta bendita seguridad a lo largo de su peregrinaje terrenal, porque saben que están camino de la salvación total (Hebreos 1:14). La salvación completa nos llegará cuando dejemos este escenario terrenal y entremos en la presencia de Dios.
PODER DE DIOS: Pablo puede decir con confianza que “el poder de Dios es nuestro”. Esta forma de hablar se asemeja al lenguaje que usa en Romanos 1:16 “Porque no me avergüenzo del evangelio, porque es poder de Dios para salvación a todo aquel que cree.” El poder de Dios se hace efectivo cada vez que se predica el evangelio y la gente acepta el mensaje de la fe. “La palabra de la Cruz” tiene el poder de levantar al pecador de su muerte espiritual y de proveerle novedad de vida. En suma, es Dios mismo el que está activo, proveyendo de salvación a su pueblo.

Vs. 19.-PUES ESTÁ ESCRITO: DESTRUIRÉ LA SABIDURÍA DE LOS SABIOS…- (Isaías 29:14; Salmo 33:10). El contexto de este pasaje del A. Testamento se refiere a que el pueblo de Israel sólo honra a Dios con los labios, pero no con sus corazones (Is.29:13-Mt. 15:8-9). Dios anula la sabiduría de los sabios(o que creen serlo) de Israel y desvanece la inteligencia humana. Se opone a la sabiduría que se origina en un corazón apartado del servicio de Dios. Al pasar al Nuevo Testamento, Santiago afirma que la sabiduría terrenal no es espiritual, sino que diabólica (Stgo. 3: 15). Dios no depende de nuestra sabiduría. Por el contrario, se nos insta a pedírsela a Dios (Stgo.1:5), y él la concederá generosamente a quien se la acerque en fe.

Vs. 20.- ¿DÓNDE ESTÁ EL SABIO? : Pablo resume en cuatro preguntas lo que dijo en el v. 18 y fundamentó en el v. 19. El énfasis recae en Dios, quien es el que salva y el que destruye la sabiduría de los sabios. Quien quiera confrontar a Dios con la sabiduría del mundo debe saber que está perdido. En el tiempo de Moisés bastó con que Dios lo mandara, y los sabios desaparecieron del mapa. De la misma forma la sabiduría se desvanece de este mundo, cuando maestros que se oponen a Dios proclaman sabiduría humana. Pablo no quiere decir que todos los sabios han dejado el escenario de Corinto, sino que en vano tratan de frustrar la obra de Dios. (3:19).

¿DÓNDE ESTÁ EL ESCRIBA? Se dirige a los judíos entrenados en las Escrituras del A. Testamento. Esta gente recurría a las enseñanzas del A.T., pero no querían aceptar que el mensaje de la cruz era el cumplimiento de estas enseñanzas.

¿DÓNDE ESTÁ EL DISPUDADOR? La tercera pregunta se aplica a los filósofos judíos y griegos. La frase de este siglo es lo contrario a el siglo venidero, y su fin es contrastar los valores éticos del presente mundo con los del reino de Cristo.

La cuarta pregunta sirve para resumir las anteriores. Y pregunta en forma retórica: “¿NO HA ENLOQUECIDO DIOS LA SABIDURÍA DEL MUNDO?” Como el mundo usa su sabiduría en contra del Altísimo, Dios hace que la prudencia del mundo se convierta en insensatez, lo que resulta en el fracaso del mundo. Pablo usa el paralelismo hebreo para terminar la tercera y cuarta pregunta. Las frases este siglo y este mundo son expresiones sinónimas. Los corintios deben darse cuenta de que Dios ha convertido en necedad la sabiduría mundana de aquellos que rechazaron el mensaje de la cruz de Cristo, aun cuando no hayan entendido el significado pleno de esa cruz. Es a través de la cruz que Dios ha introducido el siglo venidero que trasciende el presente siglo.

1 comentario:

German Sanchez dijo...

El estudio está buenisimo y me hubiera encantado estar el sábado.

Pero le pido a Dios que el tiempo pase rápido para titularme y poder estar en los medios de gracia.