RECOLETA, 16 de Diciembre del 2006.-
Lección: 1º Corintios 02: 06-10
Texto: Mateo 13: 11.-
Vs. 06.- Sin embargo, hablamos sabiduría entre los que han alcanzado madurez; y sabiduría, no de este siglo, ni de los príncipes de este siglo, que perecen.
“Sin embargo, hablamos sabiduría.” Pablo contrasta la sabiduría divina con la sabiduría del mundo que ha hechizado a algunos corintios. Piensan que el mensaje de la cruz que Pablo predica es simplista y que no cumple con las normas que impone la sabiduría mundana. Al diferenciar drásticamente entre dos conceptos de sabiduría, Pablo afirma enfática y confiadamente que él y sus colegas en el ministerio tienen la sabiduría de Dios, la cual (ver 1:18-30) es eminentemente superior a la sabiduría de este mundo.
“Hablamos sabiduría entre los que han alcanzado madurez”. ¿Quiénes son los maduros? ¿Hay también cristianos inmaduros? Primero, los escritores del Nuevo Testamento no presentan evidencia alguna de que ellos distinguían entre dos tipos de cristianos: los maduros y los inmaduros, los espirituales y los naturales, los superiores y los inferiores. Los escritores del Nuevo Testamento no hacen esta distinción. Por el contrario, exhortan a todos los creyentes a que avancen hacia la madurez (Hebreos 6:1). Reconocemos que entre el pueblo de Dios se dan niveles de desarrollo, porque nadie puede pretender haber alcanzado la perfección. Aun los hombres más santos, como Job en el antiguo Testamento y Pablo en el Nuevo, tendrán que reconocer que sólo han empezado el camino de la santidad. Pablo se dirige a los corintios llamándolos “niños en Cristo” (3:1) y les dice que piensan como niños (14:20). Sin embargo, considera a todos los creyentes, en quienes el Espíritu Santo obra eficazmente, como cristianos maduros. Lo que quiere decir en la palabra madurez Pablo incluye a todos los corintios que han recibido el Espíritu (3:16; 12:3-16) y que han respondido al evangelio de Cristo. Pablo no está contrastando a los cristianos maduros con los inmaduros. Más bien está distinguiendo entre cristianos maduros con los inmaduros. Más bien está distinguiendo entre cristianos maduros que aceptan el mensaje de la cruz e incrédulos que creen que la sabiduría de Dios es una insensatez. Lo que hace es separar la fe de la incredulidad, la sabiduría divina de la sabiduría humana, los creyentes de los no creyentes. Finalmente, la palabra griega que se traduce “madurez” o “maduro” equivale a “adulto”. Adultos son los que aceptan el evangelio de la cruz de Cristo, que experimentan el poder de Dios en sus vidas y que esperan la renovación de todas las cosas como resultado de la resurrección de Jesús. Ellos son los que reciben la sabiduría divina y se regocijan en ella con sus hermanos en la fe. “Sabiduría, no de este siglo, ni de los príncipes de este siglo”. Pablo continúa describiendo lo que no es la sabiduría. La sabiduría de este siglo es idéntica a la sabiduría mundana (1:20), la cual se caracteriza por tener una naturaleza cambiante.
¿Quiénes son los “Príncipes de este siglo”? Algunos interpretan la frase como refiriéndose a los poderes demoníacos y citan muchos pasajes del Nuevo Testamento (por Ej., Juan 12:31; 14:30; 16:11; Ef.6:12). Pero esta interpretación choca con el vs. 8, donde Pablo afirma que si los gobernantes del mundo hubieran conocido la sabiduría de Dios, jamás habrían crucificado a Jesús. Sabemos que los que crucificaron a Jesús fueron gobernantes humanos, no demonios. Además, los evangelios dicen claramente que los demonios conocían a Jesús. El contexto no alude a ángeles caídos, sino a seres humanos que están en una posición de poder (1:27). Se puede agregar que el contexto muestra un contraste entre la sabiduría humana y la sabiduría divina, es decir nada acerca de poderes demoníacos. Por lo tanto la expresión se refiere a gobernantes terrenales, entre los que su incluye a todos los líderes e intelectuales del mundo. Entre ellos están los gobernantes Caifás y Pilato, quienes crucificaron a Jesús (Hechos 3: 17; 4: 26-27).
¿Qué Perecen? El apóstol nos muestra cómo Dios, que controla la historia del mundo, hace que repentinamente mueran los líderes, oficiales, maestros y sus filosofías. Pablo usa el tiempo presente del verbo. De esta forma hace patente el hecho de que Dios está continuamente en control del mundo. A lo largo de los siglos, Dios ha hecho que triunfe su Palabra y que fracase la sabiduría mundana junto con sus defensores.
Vs.07.- Más hablamos sabiduría de Dios en misterio, la sabiduría oculta, la cual Dios predestinó antes de los siglos para nuestra gloria,
Vs.08.- la que ninguno de los príncipes de este siglo conoció; porque si la hubieran conocido, nunca habrían crucificado al Señor de gloria.
Sabiduría de Dios: Hay una clara diferencia entre la sabiduría de Dios y la sabiduría del mundo. En el v.6, Pablo menciona la sabiduría en términos negativos, pues la sabiduría humana es pasajera, frustra a la gente y produce su destrucción. Aquí nos la describe en forma positiva: la sabiduría de Dios es eterna y no tiene límites, saca a la gente de las tinieblas a la luz, a la salvación y a la gloria. Pablo les informa a los corintios que él y sus colegas declaran la sabiduría de Dios en misterio.
Misterio: La sabiduría es un misterio y es inteligible para el creyente. Pero para el creyente la sabiduría es diáfana, porque Dios se la comunica mediante el evangelio que predican los apóstoles. Pablo afirmó anteriormente que Cristo es la sabiduría de Dios y que así Cristo ha llegado a ser nuestra sabiduría (1:30). La sabiduría y la salvación por medio de Cristo están íntimamente relacionadas. Dios predestinó este misterio antes de la creación de este mundo, pero ahora revela a su pueblo mediante la predicación del evangelio (ver Efesios 3:3; Colosenses 1: 26).
Dios predestinó: La sabiduría que había estado escondida hasta este momento, ahora se revela a través de la persona y obra de Cristo. Pedro hace ver que los profetas diligentemente buscaron precisar el tiempo y circunstancias de la venida de Cristo, y añade que estas cosas finalmente se revelaron a los creyentes mediante la predicación del evangelio y la obra del Espíritu Santo (1 Pedro 1: 10-12). Aunque este misterio de salvación ya no está oculto, de todas formas sigue siendo algo que la mente humana no puede entender del todo. Este misterio se relaciona con el amor de Dios, el cual es tan profundo que el hombre no es capaz de comprenderlo totalmente (Efesios 3: 17-19). En su sabiduría, Dios predestinó esta salvación para gloria nuestra, incluso antes de que la raza humana fuese creada. Decretó de antemano salvar a los corintios para la gloria de ellos mismos. Esta misma verdad Pablo la comparte en Romanos 9:23. Dios es soberano y demuestra su gracia y misericordia a su pueblo, al cual predestinó a la gloria. Pablo no podría haber sido más claro al distinguir entre la sabiduría mundana y la sabiduría divina. Es muy significativo el contraste que se hace entre la gloria de los creyentes y la gloria de los gobernantes terrenales.
Ignorancia: “la que ninguno de los príncipes de este siglo conoció”. Los gobernantes están desprovistos de conocimiento espiritual y no pueden percibir el significado del reino de Cristo en la tierra, el cual viene como respuesta a la oración del creyente: “Venga tu Reino” (Mateo 6:10). Son incompetentes para entender el gobierno de Dios en la tierra, porque Dios no les ha revelado su sabiduría divina.
Vs.09.- Antes bien, como está escrito: Cosas que ojo no vio, ni oído oyó, Ni han…
¿Qué es lo Pablo trata de decir en este pasaje? Como parece aludir a cuatro versículos que están en las profecías de Isaías y Jeremías, sólo nos queda interpretar el pasaje como está. Menciona tres partes del cuerpo humano y las presenta en forma negativa: Cosas que ojo no vio, ni oído oyó, Ni han subido en corazón de hombre” (esto es, mente). Después concluye la cita con una línea en términos positivos: “Son las que Dios ha preparado para los que le aman”. Analicemos primero las oraciones negativas. El sustantivo Cosas, significa la sabiduría de Dios que se revela para la salvación de la humanidad. Pero el conocimiento de la salvación no se origina en el hombre, cuando éste abre sus ojos para ver, cuando escucha lo que otros tienen que decirle o cuando formula sus pensamientos. Pablo desestima todas las formas de percepción sensorial y deja que el lector concluya que la sabiduría sólo puede venir de Dios. Por medio de mencionar los órganos físicos del ojo, el oído y la mente, Pablo subraya el proceso de percepción, análisis y asimilación de los hechos. Por sí mismos, estos órganos no pueden proporcionar al hombre la sabiduría necesaria para entender la obra divina. “Y sabemos que a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien” Romanos 8:28. Dios prepara las cosas que tienen que ver con nuestra salvación y provee este regalo sin tomar en cuenta mérito alguno. Revela todo esto por medio de su Palabra y al cumplirse el tiempo por medio de la venida de Cristo. Por tanto, cuando nos damos cuenta de esta verdad, le demostramos a Dios el amor que le tenemos por tan maravilloso don.
vs. 10.- Pero Dios nos las reveló a nosotros por el Espíritu; porque el Espíritu….
Por medio de su Espíritu, Dios comunica su sabiduría a los creyentes (Mateo 11:25; 16:17). El Espíritu nos prepara para que recibamos la verdad del evangelio y nos guía a Cristo. Dios revela su sabiduría por medio de su Espíritu, y así la salvación es la obra de la Trinidad. Dios origina la salvación, trabaja a través de su Espíritu y nos concede su gloria.
“porque el Espíritu todo lo escudriña, aun lo profundo de Dios.”
Esta afirmación breve pero profunda nos revela las relaciones interpersonales dentro de la deidad. Admitimos que la mente humana no es capaz de desentrañar la profundidad de las palabras de Pablo. Usa una pregunta para confesar esta misma incapacidad: “Porque ¿quién entendió la mente del Señor? ¿O quién fue su consejero?” Romanos 11:34 y ver Job 11:7.- Ningún ser humano es invitado a participar del consejo de Dios.
El Espíritu todo lo escudriña y nada escapa a su atención. Pablo usa el verbo escudriñar en tiempo presente, para indicar así que el Espíritu nunca cesa su labor escrutadora. En la presencia de Dios todas las cosas están desnudas y abiertas (Hebreos 4: 13). Dios lo sabe todo y sus ojos están en todo lugar (Proverbios 15:3).
La obra del Espíritu de Dios llega hasta las partes más profundas de Dios. ¿Cuáles son las profundidades de Dios? Son los incomprensibles caminos de Dios, que siempre se mantendrán como un misterio para la cambiante y superficial mente humana. Entre estas cosas profundas están las inagotables riquezas de la sabiduría y conocimiento de Dios (Romanos 11:33), el don de la salvación que Dios concede al hombre, la divulgación del evangelio en cada época y generación y la venida del reino de Dios. Amén.
Oremos por Nuestra Amada Congregación El Triunfo; la cual es una Unidad indivisible compuesta por las Clases: Pedro Donoso, María Victoria, Los Timbales, Templo Matriz, Lampa. Rogar a Dios sus Bendiciones para nosotros y la prosperidad de nuestra Iglesia y por él Pastor que la gobierna.
Lección: 1º Corintios 02: 06-10
Texto: Mateo 13: 11.-
Vs. 06.- Sin embargo, hablamos sabiduría entre los que han alcanzado madurez; y sabiduría, no de este siglo, ni de los príncipes de este siglo, que perecen.
“Sin embargo, hablamos sabiduría.” Pablo contrasta la sabiduría divina con la sabiduría del mundo que ha hechizado a algunos corintios. Piensan que el mensaje de la cruz que Pablo predica es simplista y que no cumple con las normas que impone la sabiduría mundana. Al diferenciar drásticamente entre dos conceptos de sabiduría, Pablo afirma enfática y confiadamente que él y sus colegas en el ministerio tienen la sabiduría de Dios, la cual (ver 1:18-30) es eminentemente superior a la sabiduría de este mundo.
“Hablamos sabiduría entre los que han alcanzado madurez”. ¿Quiénes son los maduros? ¿Hay también cristianos inmaduros? Primero, los escritores del Nuevo Testamento no presentan evidencia alguna de que ellos distinguían entre dos tipos de cristianos: los maduros y los inmaduros, los espirituales y los naturales, los superiores y los inferiores. Los escritores del Nuevo Testamento no hacen esta distinción. Por el contrario, exhortan a todos los creyentes a que avancen hacia la madurez (Hebreos 6:1). Reconocemos que entre el pueblo de Dios se dan niveles de desarrollo, porque nadie puede pretender haber alcanzado la perfección. Aun los hombres más santos, como Job en el antiguo Testamento y Pablo en el Nuevo, tendrán que reconocer que sólo han empezado el camino de la santidad. Pablo se dirige a los corintios llamándolos “niños en Cristo” (3:1) y les dice que piensan como niños (14:20). Sin embargo, considera a todos los creyentes, en quienes el Espíritu Santo obra eficazmente, como cristianos maduros. Lo que quiere decir en la palabra madurez Pablo incluye a todos los corintios que han recibido el Espíritu (3:16; 12:3-16) y que han respondido al evangelio de Cristo. Pablo no está contrastando a los cristianos maduros con los inmaduros. Más bien está distinguiendo entre cristianos maduros con los inmaduros. Más bien está distinguiendo entre cristianos maduros que aceptan el mensaje de la cruz e incrédulos que creen que la sabiduría de Dios es una insensatez. Lo que hace es separar la fe de la incredulidad, la sabiduría divina de la sabiduría humana, los creyentes de los no creyentes. Finalmente, la palabra griega que se traduce “madurez” o “maduro” equivale a “adulto”. Adultos son los que aceptan el evangelio de la cruz de Cristo, que experimentan el poder de Dios en sus vidas y que esperan la renovación de todas las cosas como resultado de la resurrección de Jesús. Ellos son los que reciben la sabiduría divina y se regocijan en ella con sus hermanos en la fe. “Sabiduría, no de este siglo, ni de los príncipes de este siglo”. Pablo continúa describiendo lo que no es la sabiduría. La sabiduría de este siglo es idéntica a la sabiduría mundana (1:20), la cual se caracteriza por tener una naturaleza cambiante.
¿Quiénes son los “Príncipes de este siglo”? Algunos interpretan la frase como refiriéndose a los poderes demoníacos y citan muchos pasajes del Nuevo Testamento (por Ej., Juan 12:31; 14:30; 16:11; Ef.6:12). Pero esta interpretación choca con el vs. 8, donde Pablo afirma que si los gobernantes del mundo hubieran conocido la sabiduría de Dios, jamás habrían crucificado a Jesús. Sabemos que los que crucificaron a Jesús fueron gobernantes humanos, no demonios. Además, los evangelios dicen claramente que los demonios conocían a Jesús. El contexto no alude a ángeles caídos, sino a seres humanos que están en una posición de poder (1:27). Se puede agregar que el contexto muestra un contraste entre la sabiduría humana y la sabiduría divina, es decir nada acerca de poderes demoníacos. Por lo tanto la expresión se refiere a gobernantes terrenales, entre los que su incluye a todos los líderes e intelectuales del mundo. Entre ellos están los gobernantes Caifás y Pilato, quienes crucificaron a Jesús (Hechos 3: 17; 4: 26-27).
¿Qué Perecen? El apóstol nos muestra cómo Dios, que controla la historia del mundo, hace que repentinamente mueran los líderes, oficiales, maestros y sus filosofías. Pablo usa el tiempo presente del verbo. De esta forma hace patente el hecho de que Dios está continuamente en control del mundo. A lo largo de los siglos, Dios ha hecho que triunfe su Palabra y que fracase la sabiduría mundana junto con sus defensores.
Vs.07.- Más hablamos sabiduría de Dios en misterio, la sabiduría oculta, la cual Dios predestinó antes de los siglos para nuestra gloria,
Vs.08.- la que ninguno de los príncipes de este siglo conoció; porque si la hubieran conocido, nunca habrían crucificado al Señor de gloria.
Sabiduría de Dios: Hay una clara diferencia entre la sabiduría de Dios y la sabiduría del mundo. En el v.6, Pablo menciona la sabiduría en términos negativos, pues la sabiduría humana es pasajera, frustra a la gente y produce su destrucción. Aquí nos la describe en forma positiva: la sabiduría de Dios es eterna y no tiene límites, saca a la gente de las tinieblas a la luz, a la salvación y a la gloria. Pablo les informa a los corintios que él y sus colegas declaran la sabiduría de Dios en misterio.
Misterio: La sabiduría es un misterio y es inteligible para el creyente. Pero para el creyente la sabiduría es diáfana, porque Dios se la comunica mediante el evangelio que predican los apóstoles. Pablo afirmó anteriormente que Cristo es la sabiduría de Dios y que así Cristo ha llegado a ser nuestra sabiduría (1:30). La sabiduría y la salvación por medio de Cristo están íntimamente relacionadas. Dios predestinó este misterio antes de la creación de este mundo, pero ahora revela a su pueblo mediante la predicación del evangelio (ver Efesios 3:3; Colosenses 1: 26).
Dios predestinó: La sabiduría que había estado escondida hasta este momento, ahora se revela a través de la persona y obra de Cristo. Pedro hace ver que los profetas diligentemente buscaron precisar el tiempo y circunstancias de la venida de Cristo, y añade que estas cosas finalmente se revelaron a los creyentes mediante la predicación del evangelio y la obra del Espíritu Santo (1 Pedro 1: 10-12). Aunque este misterio de salvación ya no está oculto, de todas formas sigue siendo algo que la mente humana no puede entender del todo. Este misterio se relaciona con el amor de Dios, el cual es tan profundo que el hombre no es capaz de comprenderlo totalmente (Efesios 3: 17-19). En su sabiduría, Dios predestinó esta salvación para gloria nuestra, incluso antes de que la raza humana fuese creada. Decretó de antemano salvar a los corintios para la gloria de ellos mismos. Esta misma verdad Pablo la comparte en Romanos 9:23. Dios es soberano y demuestra su gracia y misericordia a su pueblo, al cual predestinó a la gloria. Pablo no podría haber sido más claro al distinguir entre la sabiduría mundana y la sabiduría divina. Es muy significativo el contraste que se hace entre la gloria de los creyentes y la gloria de los gobernantes terrenales.
Ignorancia: “la que ninguno de los príncipes de este siglo conoció”. Los gobernantes están desprovistos de conocimiento espiritual y no pueden percibir el significado del reino de Cristo en la tierra, el cual viene como respuesta a la oración del creyente: “Venga tu Reino” (Mateo 6:10). Son incompetentes para entender el gobierno de Dios en la tierra, porque Dios no les ha revelado su sabiduría divina.
Vs.09.- Antes bien, como está escrito: Cosas que ojo no vio, ni oído oyó, Ni han…
¿Qué es lo Pablo trata de decir en este pasaje? Como parece aludir a cuatro versículos que están en las profecías de Isaías y Jeremías, sólo nos queda interpretar el pasaje como está. Menciona tres partes del cuerpo humano y las presenta en forma negativa: Cosas que ojo no vio, ni oído oyó, Ni han subido en corazón de hombre” (esto es, mente). Después concluye la cita con una línea en términos positivos: “Son las que Dios ha preparado para los que le aman”. Analicemos primero las oraciones negativas. El sustantivo Cosas, significa la sabiduría de Dios que se revela para la salvación de la humanidad. Pero el conocimiento de la salvación no se origina en el hombre, cuando éste abre sus ojos para ver, cuando escucha lo que otros tienen que decirle o cuando formula sus pensamientos. Pablo desestima todas las formas de percepción sensorial y deja que el lector concluya que la sabiduría sólo puede venir de Dios. Por medio de mencionar los órganos físicos del ojo, el oído y la mente, Pablo subraya el proceso de percepción, análisis y asimilación de los hechos. Por sí mismos, estos órganos no pueden proporcionar al hombre la sabiduría necesaria para entender la obra divina. “Y sabemos que a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien” Romanos 8:28. Dios prepara las cosas que tienen que ver con nuestra salvación y provee este regalo sin tomar en cuenta mérito alguno. Revela todo esto por medio de su Palabra y al cumplirse el tiempo por medio de la venida de Cristo. Por tanto, cuando nos damos cuenta de esta verdad, le demostramos a Dios el amor que le tenemos por tan maravilloso don.
vs. 10.- Pero Dios nos las reveló a nosotros por el Espíritu; porque el Espíritu….
Por medio de su Espíritu, Dios comunica su sabiduría a los creyentes (Mateo 11:25; 16:17). El Espíritu nos prepara para que recibamos la verdad del evangelio y nos guía a Cristo. Dios revela su sabiduría por medio de su Espíritu, y así la salvación es la obra de la Trinidad. Dios origina la salvación, trabaja a través de su Espíritu y nos concede su gloria.
“porque el Espíritu todo lo escudriña, aun lo profundo de Dios.”
Esta afirmación breve pero profunda nos revela las relaciones interpersonales dentro de la deidad. Admitimos que la mente humana no es capaz de desentrañar la profundidad de las palabras de Pablo. Usa una pregunta para confesar esta misma incapacidad: “Porque ¿quién entendió la mente del Señor? ¿O quién fue su consejero?” Romanos 11:34 y ver Job 11:7.- Ningún ser humano es invitado a participar del consejo de Dios.
El Espíritu todo lo escudriña y nada escapa a su atención. Pablo usa el verbo escudriñar en tiempo presente, para indicar así que el Espíritu nunca cesa su labor escrutadora. En la presencia de Dios todas las cosas están desnudas y abiertas (Hebreos 4: 13). Dios lo sabe todo y sus ojos están en todo lugar (Proverbios 15:3).
La obra del Espíritu de Dios llega hasta las partes más profundas de Dios. ¿Cuáles son las profundidades de Dios? Son los incomprensibles caminos de Dios, que siempre se mantendrán como un misterio para la cambiante y superficial mente humana. Entre estas cosas profundas están las inagotables riquezas de la sabiduría y conocimiento de Dios (Romanos 11:33), el don de la salvación que Dios concede al hombre, la divulgación del evangelio en cada época y generación y la venida del reino de Dios. Amén.
Oremos por Nuestra Amada Congregación El Triunfo; la cual es una Unidad indivisible compuesta por las Clases: Pedro Donoso, María Victoria, Los Timbales, Templo Matriz, Lampa. Rogar a Dios sus Bendiciones para nosotros y la prosperidad de nuestra Iglesia y por él Pastor que la gobierna.
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