Lección: 1ª Corintios 4: 11-15
Texto: 1ª Tesalonicenses 4:15
___________________________
vs.11.- Hasta esta hora padecemos hambre, tenemos sed, estamos desnudos, somos abofeteados, y no tenemos morada fija.
vs.12.- Nos fatigamos trabajando con nuestras propias manos; nos maldicen, y bendecimos; padecemos persecución, y la soportamos.
vs.13.- Nos difaman, y rogamos; hemos venido a ser hasta ahora como la escoria del mundo, el desecho de todos.
Pablo emplea la ironía sólo en algunas de sus afirmaciones. Habla de cómo viven los apóstoles, pero no quiere desanimar a sus lectores. No está pidiendo que lo compadezcan, cómo decía mi padre, desea que los hermanos sepan que los verdaderos siervos de Jesucristo padecerán aflicciones y calumnias, vituperios.
“Hasta esta hora padecemos hambre, tenemos sed, estamos desnudos, somos abofeteados, y no tenemos morada fija.” Esta descripción concuerda con otros pasajes en los que Pablo hace una lista de calamidades: golpes, azotes, prisiones, alborotos, naufragios, trasnochadas, hambre, sed, frío, y peligros de muerte (2 Co.4:8-9; 6: 4-10; 11: 23-27; 12:10; Ro.8:35; Fil. 4:12). Cuando Pablo dice que fue golpeado, el verbo griego indica que la gente que rechazó el evangelio lo agarró a puñetazos. El verbo por lo general se refiere al maltrato que con frecuencia sufrió. La frase y no tenemos morada fija. No quiere decir que Pablo no tuviese un techo donde dormir. La idea más bien es que vagaba sin tener un domicilio permanente. Jesús ordenó a sus discípulos que el obrero es digno de su salario (Lucas 10:7). Pablo clarifica este mandamiento diciendo que los pastores que predican el evangelio deben ser sostenidos con los diezmos por aquellos que los escuchan (9: 14; 1 Timoteo 5:18). Pero Pablo no usó de ese derecho. Prefirió trabajar con sus propias manos, para no obstaculizar el progreso del evangelio (9:12). Esto hizo que muchas veces Pablo careciese de la ropa y de la alimentación adecuada. “Nos fatigamos trabajando con nuestras propias manos” Por lo general todo niño judío aprendía de su padre una profesión para ganarse la vida, Jesús fue carpintero, Juan y Jacobo eran pescadores y Pablo, fabricante de carpas. Aunque la gente tenía en poco la profesión de Pablo, a él no le avergonzaba. La cultura griega de aquel tiempo menospreciaba el trabajo manual. Se creía que el trabajo físico era para los esclavos. La gente de Corinto despreciaría a Pablo por trabajar con sus manos. “Nos maldicen, y bendecimos; padecemos persecución, y la soportamos”. El mundo no puede entender la actitud que Pablo describe. Como “la vida es dura” la gente se conduce por el lema “yo no me hago problema, tomo venganza”. La maldición se paga con maldición. Si nos persiguen, contraatacamos. Por su parte, los judíos se guiaban por la regla del “ojo por ojo, diente por diente”. (Ex.21:24; Lv.24:20; Dt.19:21). Pero Jesús enseñó “Pero yo os digo: No resistáis al que es malo; antes, a cualquiera que te hiera en la mejilla derecha, vuélvele también la otra.” (Mateo 5:39-44: Lucas 6:28). Pablo puso en práctica la enseñanza de Jesús y la mostró en la vida diaria. Los verbos que Pablo usa en este pasaje están en el tiempo presente para indicar que a los apóstoles constantemente se les insultaba y perseguía. Respondía bendiciendo a sus enemigos y sufriendo la persecución. “Nos difaman, y rogamos.” El verbo difamar realmente significa “tergiversas”, “desfigurar”. La palabra comunica la idea de tergiversar la verdad para hacer quedar mal a alguien. No es bueno el sabor del remedio que Pablo recomienda en estos casos: “rogamos” orar por aquellos que nos hacen mal, debemos seguir amando a nuestros difamadores. “Hemos venido a ser hasta ahora como la escoria del mundo, el desecho de todos.” Habla de la escoria o el desperdicio que se bota cuando se le hace una limpieza profunda a una casa o edificio. Después añade que son “el desecho de todos”, en la cultura griega se daba muerte una vez al año a criminales y delincuentes, personas con defectos físicos. Ellos eran “la escoria de la sociedad”. Se decía que estas muertes se hacían para el beneficio de la sociedad. De la misma forma, los apóstoles son representantes de Jesús, quien fue tenido como un criminal y crucificado por el bien del pueblo (Juan 11:50). Aunque Jesús se entregó a sí mismo como el sacrificio supremo por los pecados de la humanidad, los apóstoles también sufrieron físicamente a favor del evangelio de Cristo. Los apóstoles fueron despreciados por la sociedad que los consideraba basura. Su único consuelo y fortaleza era el Señor. Sabían que en esta vida tendrían que soportar la burla del mundo. Es por eso que Pablo escribe hasta ahora. Mientras escribía su epístola en Éfeso, quizás escucho a la gente cantar la siniestra canción: “¡A los leones con los cristianos! (15:32).
Texto: 1ª Tesalonicenses 4:15
___________________________
vs.11.- Hasta esta hora padecemos hambre, tenemos sed, estamos desnudos, somos abofeteados, y no tenemos morada fija.
vs.12.- Nos fatigamos trabajando con nuestras propias manos; nos maldicen, y bendecimos; padecemos persecución, y la soportamos.
vs.13.- Nos difaman, y rogamos; hemos venido a ser hasta ahora como la escoria del mundo, el desecho de todos.
Pablo emplea la ironía sólo en algunas de sus afirmaciones. Habla de cómo viven los apóstoles, pero no quiere desanimar a sus lectores. No está pidiendo que lo compadezcan, cómo decía mi padre, desea que los hermanos sepan que los verdaderos siervos de Jesucristo padecerán aflicciones y calumnias, vituperios.
“Hasta esta hora padecemos hambre, tenemos sed, estamos desnudos, somos abofeteados, y no tenemos morada fija.” Esta descripción concuerda con otros pasajes en los que Pablo hace una lista de calamidades: golpes, azotes, prisiones, alborotos, naufragios, trasnochadas, hambre, sed, frío, y peligros de muerte (2 Co.4:8-9; 6: 4-10; 11: 23-27; 12:10; Ro.8:35; Fil. 4:12). Cuando Pablo dice que fue golpeado, el verbo griego indica que la gente que rechazó el evangelio lo agarró a puñetazos. El verbo por lo general se refiere al maltrato que con frecuencia sufrió. La frase y no tenemos morada fija. No quiere decir que Pablo no tuviese un techo donde dormir. La idea más bien es que vagaba sin tener un domicilio permanente. Jesús ordenó a sus discípulos que el obrero es digno de su salario (Lucas 10:7). Pablo clarifica este mandamiento diciendo que los pastores que predican el evangelio deben ser sostenidos con los diezmos por aquellos que los escuchan (9: 14; 1 Timoteo 5:18). Pero Pablo no usó de ese derecho. Prefirió trabajar con sus propias manos, para no obstaculizar el progreso del evangelio (9:12). Esto hizo que muchas veces Pablo careciese de la ropa y de la alimentación adecuada. “Nos fatigamos trabajando con nuestras propias manos” Por lo general todo niño judío aprendía de su padre una profesión para ganarse la vida, Jesús fue carpintero, Juan y Jacobo eran pescadores y Pablo, fabricante de carpas. Aunque la gente tenía en poco la profesión de Pablo, a él no le avergonzaba. La cultura griega de aquel tiempo menospreciaba el trabajo manual. Se creía que el trabajo físico era para los esclavos. La gente de Corinto despreciaría a Pablo por trabajar con sus manos. “Nos maldicen, y bendecimos; padecemos persecución, y la soportamos”. El mundo no puede entender la actitud que Pablo describe. Como “la vida es dura” la gente se conduce por el lema “yo no me hago problema, tomo venganza”. La maldición se paga con maldición. Si nos persiguen, contraatacamos. Por su parte, los judíos se guiaban por la regla del “ojo por ojo, diente por diente”. (Ex.21:24; Lv.24:20; Dt.19:21). Pero Jesús enseñó “Pero yo os digo: No resistáis al que es malo; antes, a cualquiera que te hiera en la mejilla derecha, vuélvele también la otra.” (Mateo 5:39-44: Lucas 6:28). Pablo puso en práctica la enseñanza de Jesús y la mostró en la vida diaria. Los verbos que Pablo usa en este pasaje están en el tiempo presente para indicar que a los apóstoles constantemente se les insultaba y perseguía. Respondía bendiciendo a sus enemigos y sufriendo la persecución. “Nos difaman, y rogamos.” El verbo difamar realmente significa “tergiversas”, “desfigurar”. La palabra comunica la idea de tergiversar la verdad para hacer quedar mal a alguien. No es bueno el sabor del remedio que Pablo recomienda en estos casos: “rogamos” orar por aquellos que nos hacen mal, debemos seguir amando a nuestros difamadores. “Hemos venido a ser hasta ahora como la escoria del mundo, el desecho de todos.” Habla de la escoria o el desperdicio que se bota cuando se le hace una limpieza profunda a una casa o edificio. Después añade que son “el desecho de todos”, en la cultura griega se daba muerte una vez al año a criminales y delincuentes, personas con defectos físicos. Ellos eran “la escoria de la sociedad”. Se decía que estas muertes se hacían para el beneficio de la sociedad. De la misma forma, los apóstoles son representantes de Jesús, quien fue tenido como un criminal y crucificado por el bien del pueblo (Juan 11:50). Aunque Jesús se entregó a sí mismo como el sacrificio supremo por los pecados de la humanidad, los apóstoles también sufrieron físicamente a favor del evangelio de Cristo. Los apóstoles fueron despreciados por la sociedad que los consideraba basura. Su único consuelo y fortaleza era el Señor. Sabían que en esta vida tendrían que soportar la burla del mundo. Es por eso que Pablo escribe hasta ahora. Mientras escribía su epístola en Éfeso, quizás escucho a la gente cantar la siniestra canción: “¡A los leones con los cristianos! (15:32).
Consideraciones prácticas de 4:11-13
Las estadísticas revelan que las iglesias aumentan en número y crecen espiritualmente en los países donde es común encontrar persecuciones, pobreza, corrupción y sufrimiento. Por contraste, la membresía baja en los países donde abunda la riqueza y la buena vida. Cada vez que los “cristianos” gozan de comodidades y bienestar, tienden a olvidarse del señorío de Cristo. Se ponen autosuficientes y, aunque mantienen una apariencia religiosa, pierden el amor por Cristo y el mensaje de la salvación. ¿Significa que los cristianos deben estar contentos con la persecución y el sufrimiento? Nadie debe buscar la persecución por amor a la persecución misma. Pero cada vez que los creyentes quieran ser obedientes al evangelio, el mundo los rechazará y tendrán que sufrir persecución. Jesús les dice: "Gozaos y alegraos, porque vuestro galardón es grande en los cielos” (Mateo 5:12) ¿Significa que los cristianos deben procurar ser pobres para mantenerse vivos espiritualmente? No necesariamente. Abraham es conocido como el padre de los creyentes, y Dios lo bendijo con muchas posesiones terrenales. De la misma forma, Job fue probado y fortalecido en su fe, y Dios lo bendijo con innumerables riquezas. Sin embargo, el bien material siempre debe de estar subordinado a la causa de Cristo y jamás debe convertirse en amo del cristiano.
vs.14.- No escribo esto para avergonzaros, sino para amonestaros como a hijos amados...
Pablo ha reprendido fuertemente a los corintios, ahora los aborda como un padre amante que se preocupa por su familia (2Co.6:13; Ge.4:19; 1Ts.2:11). Una cosa que los niños más temen es que los avergüencen en presencia de sus amigos. La vergüenza deja una marca indeleble en sus vidas. La iglesia de Corinto no quiere ser avergonzada en presencia de las otras congregaciones de Acaya, Macedonia y Asia Menor (6:5; 2 Co.9: 4). Después de la parte negativa “No escribo esto para avergonzaros”, Pablo pone las cosas en forma positiva: “para amonestaros”. Quiere que los corintios le escuchen para su propio beneficio. Les dice que tienen que poner atención a sus palabras, porque en Cristo él es su padre y ellos, sus queridos hijos. Sus palabras son las palabras de un padre que corrige a sus niños con amor. Pablo se dirige a los corintios con amor genuino; por eso usa el adjetivo “amados”.
vs.15.-Por aunque tengáis diez mil ayos en Cristo, no tendréis muchos padres;..
Pablo usa una exageración para poder subrayar el concepto de padre, usa el término paidagogo, del cual proviene la palabra pedagogo. En la cultura griega, un pedagogo era un esclavo doméstico que llevaba y tría de la escuela al niño (o niños) de padres pudientes. Se le nombraba como el ayo o tutor del niño en materias de buena conducta. Tenía autoridad para regañarlo cuando fuese necesario, para cuidarlo de peligros y de malas compañías y para despertar su interés en la gramática, la dicción y la forma correcta de expresarse. Ayudaba al niño a hacer sus tareas, lo cuidaba si estaba enfermo y velaba por él hasta la adolescencia. Pablo exagera a propósito, cuando sugiere que los corintios podrían tener diez mil pedagogos que los cuiden, regañen y corrijan en relación con la conducta y enseñanza cristiana. Nótese que aunque un padre empleara a un pedagogo (profesor), de todas formas el padre nunca dejaba de estar al mando de la educación de su hijo. El padre siempre estaba más cerca del hijo que un profesor. “No tendréis muchos padres; pues en Cristo Jesús yo os engendré por medio del evangelio.” Una persona podrá tener muchos profesores, pero sólo un padre biológico. Así que, Pablo dice que los corintios podrían tener un número incontable de profesores para guiarlos a Cristo, pero no podrán tener muchos padres espirituales. Por 18 meses Pablo trabajó plantando la iglesia de Corinto (Hch.18:11). Por consiguiente, podía decir con toda razón de que en Cristo era el progenitor espiritual de la iglesia de Corinto. La cultura judía enseñaba que el maestro que instruía a sus estudiantes en el contenido de la Tora se consideraba el padre de ellos. En esa capacidad, Pablo establece su autoridad apostólica sobre los miembros de la iglesia que la cuestionaban. Si se examina este asunto desde otro ángulo, se puede decir que la iglesia no dio a luz a los apóstoles; más bien, fue Jesucristo quien capacitó a los apóstoles para que salieran a fundar la iglesia. Aunque obreros como Timoteo, Silas, Apolos y Tito fueron a Corinto para ayudar en la enseñanza y edificación de los miembros de la iglesia, era Pablo la autoridad suprema. Por medio del evangelio de Cristo, Pablo puede llamarse a sí mismo padre de los corintios.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario