viernes, 17 de agosto de 2007

Génesis 41: 36-40. Texto: Santiago 1: 18.

v. 36.- Y esté aquella provisión en depósito para el país, para los siete años de hambre que habrá en la tierra de Egipto; y el país no perecerá de hambre.
El buen consejo que dio José a Faraón, diagnóstico el problema que se presentaria a futuro y ofrece el remedio. Muchas veces en la vida alguien acudirá a nosotros en busca de ayuda, pedirá una orientación ú consejo. Confiando en nuestra condición de hijos de Dios, en nuestra experiencia o conocimiento. No siempre serán sueños o revelaciones, pues en la vida los seres humanos sufren diversos cambios físicos y sociales, que producen por regla general, tensión extraordinaria. Son la adolescencia, la maternidad, la menopausia y la vejez. Si se nos pide un consejo, escuchemos con atención y seriedad, en la medida de nuestra experiencia y conocimiento orientemos a la persona con amor y paciencia.
v. 37.-
El asunto pareció bien a Faraón y a sus siervos. v. 38.- Y dijo Faraón a sus siervos: ¿ Acaso hallaremos a otro hombre como éste, en quien esté el espíritu de Dios? v. 39.- Y dijo Faraón a José: Pues que Dios te ha hecho saber esto, no hay entendido ni sabio como tú. v. 40.- Tú estarás sobre mi casa, y por tu palabra se gobernará todo mi pueblo; solamente en el trono seré yo mayor que tú.

1.
Dio de él un honroso testimonio al reconocerle como un hombre en quien estaba el espíritu de Dios. Esto inviste a cualquier persona de una gran excelencia; tales hombres deben ser estimados en lo que valen. Más aún, para Faraón, no hay nadie que le iguale. Pronuncia: "No hay entendido ni sabio como tú". Ahora queda José abundantemente compensado de las acusaciones que se habían hecho contra él. 2. Le puso en un oficio muy honroso; no sólo lo empleó en comprar grano, sino que le hizo ministro del Estado y lo puso al frente de la casa real.

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