LECCIÓN: Génesis 42: 21-25
TEXTO: Salmo 51: 01.-
v. 21.- Y decían el uno al otro: Verdaderamente hemos pecado contra nuestro hermano, pues vimos la angustia de su alma cuando nos rogaba, y no le escuchamos; por eso ha venido sobre nosotros esta angustia.
v. 22.- Entonces Rubén les respondió, diciendo: ¿No os hablé yo y dije: No pequéis contra el joven, y no escuchasteis? He aquí también se nos demanda su sangre.
v. 23.- Pero ellos no sabían que los entendía José, porque había intérprete entre ellos.
v. 24.- Y se apartó José de ellos, y lloró; después volvió a ellos, y les habló, y tomó de entre ellos a Simeón, y los aprisionó a vista de ellos.
v. 25.- Después mandó José que llenaran sus sacos de trigo, y devolviesen el dinero de cada uno de ellos, poniéndolo en su saco, y les diesen comida para el camino; y así se hizo con ellos.
I. La reflexión, llena de arrepentimiento, que hicieron los hermanos de José acerca del mal que habían cometido antes contra él (v.21). Hablaron en hebreo, sin sospechar que José, a quien creyeron egipcio, les entendía; menos aún sospechaban que él era precisamente la persona de la que estaban hablando. Se acordaban con pesar de la bárbara crueldad con que le habían tratado. Aquí podemos ver:
TEXTO: Salmo 51: 01.-
v. 21.- Y decían el uno al otro: Verdaderamente hemos pecado contra nuestro hermano, pues vimos la angustia de su alma cuando nos rogaba, y no le escuchamos; por eso ha venido sobre nosotros esta angustia.
v. 22.- Entonces Rubén les respondió, diciendo: ¿No os hablé yo y dije: No pequéis contra el joven, y no escuchasteis? He aquí también se nos demanda su sangre.
v. 23.- Pero ellos no sabían que los entendía José, porque había intérprete entre ellos.
v. 24.- Y se apartó José de ellos, y lloró; después volvió a ellos, y les habló, y tomó de entre ellos a Simeón, y los aprisionó a vista de ellos.
v. 25.- Después mandó José que llenaran sus sacos de trigo, y devolviesen el dinero de cada uno de ellos, poniéndolo en su saco, y les diesen comida para el camino; y así se hizo con ellos.
I. La reflexión, llena de arrepentimiento, que hicieron los hermanos de José acerca del mal que habían cometido antes contra él (v.21). Hablaron en hebreo, sin sospechar que José, a quien creyeron egipcio, les entendía; menos aún sospechaban que él era precisamente la persona de la que estaban hablando. Se acordaban con pesar de la bárbara crueldad con que le habían tratado. Aquí podemos ver:
1. El oficio de la Conciencia. Se revela en las demandas de la “conciencia” para que el hombre haga lo que es recto. La conciencia del Hombre demanda de él que haga lo que es recto y que evite lo que es malo. La conciencia aprueba lo recto y condena lo malo. Esto no quiere decir que la conciencia es infalible en sus decisiones en cuanto a lo que es recto y a lo que es malo. Pero si quiere decir que la demanda general de la conciencia es la de que el hombre haga lo recto hasta donde lo recto pueda conocerse, y que evite el hacer lo malo, cuando un acto sea reconocido como malo. Es la revelación de Dios en cuanto al pecado en su revelación en la razón y en la conciencia, o sea, en la naturaleza racional y moral del hombre. Ver: Romanos 2: 14-14.
Así como no borra el tiempo la culpa del pecado, tampoco borra el registro de la conciencia.
Así como no borra el tiempo la culpa del pecado, tampoco borra el registro de la conciencia.
2. Las pruebas, enfermedades y aflicciones que tan a menudo demuestran ser el medio eficaz y afortunado de despertar las conciencias.
II. La benignidad de José hacía ellos en esta ocasión, la cual es tipo de las misericordias de Dios hacia los pecadores arrepentidos. (ver: Jer. 31:20; Jue. 10:16).
III. La despedida de los demás. Habían venido por grano, y ya lo tenían; y no sólo eso, sino que cada uno tenía el dinero devuelto en la boca del saco.
1. Para algunos comentaristas bíblicos fue un gesto misericordioso, piensan que no se les hizo ningún mal con devolverles el dinero, sino que fue un gesto de amabilidad; sin embargo, esto les llenó de terror. Las malas conciencias son inclinadas a tomar en mal sentido las bondades de la Providencia. Seguramente que si les hubiesen robado el dinero, no se habrían sentido tan aterrorizados como lo estaban ahora al encontrar el dinero en sus sacos.
2. Ellos sabían que los egipcios odiaban a los hebreos (43:32) y, por eso, al no esperar recibir de ellos ningún gesto amable, concluyeron que esto tenía por objeto buscar querella contra ellos ya que el señor de la tierra les había acusado de espías. Sus conciencias estaban también despiertas, y sus pecados delante de ellos; todo lo cual ayudaba a sumirlos en confusión. Cuando los ánimos se hunden, todo parece cooperar a su hundimiento.
II. La benignidad de José hacía ellos en esta ocasión, la cual es tipo de las misericordias de Dios hacia los pecadores arrepentidos. (ver: Jer. 31:20; Jue. 10:16).
III. La despedida de los demás. Habían venido por grano, y ya lo tenían; y no sólo eso, sino que cada uno tenía el dinero devuelto en la boca del saco.
1. Para algunos comentaristas bíblicos fue un gesto misericordioso, piensan que no se les hizo ningún mal con devolverles el dinero, sino que fue un gesto de amabilidad; sin embargo, esto les llenó de terror. Las malas conciencias son inclinadas a tomar en mal sentido las bondades de la Providencia. Seguramente que si les hubiesen robado el dinero, no se habrían sentido tan aterrorizados como lo estaban ahora al encontrar el dinero en sus sacos.
2. Ellos sabían que los egipcios odiaban a los hebreos (43:32) y, por eso, al no esperar recibir de ellos ningún gesto amable, concluyeron que esto tenía por objeto buscar querella contra ellos ya que el señor de la tierra les había acusado de espías. Sus conciencias estaban también despiertas, y sus pecados delante de ellos; todo lo cual ayudaba a sumirlos en confusión. Cuando los ánimos se hunden, todo parece cooperar a su hundimiento.
pastor Samuel Ricardo Sánchez, siervo de Jesucristo.
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