lunes, 5 de julio de 2010

LOS DIEZ MANDAMIENTOS

La Ley es uno de los conceptos bíblicos más importantes. Pero su naturaleza y sus propósitos tienen que ser comprendidos claramente. La Ley revela el carácter de Dios e indica la forma por lo cual los seres humanos pueden mostrar amor a Él y mostrarse amor los unos a los otros. Pero la Ley también condena, ya que que ningún ser humano, a no ser Jesucristo, logró satisfacer todo lo que ella exige. La Ley revela la justicia de Dios, pero no puede producir la justicia en los seres humanos. En Éxodo 20, la ley moral de Dios es definida y sintetizada en los maravillosos Diez Mandamientos. Los Diez Mandamientos son seguidos de leyes para causas específicas, aplicación de los principios para situaciones concretas y específicas (21-23). En seguida, concentraremos nuestra atención en la naturaleza excepcional de la ley y de su función en los tiempo del AT, así como su papel en la actualidad. Comentario:Para algunos, la ley parece terriblemente restrictiva. Y las normas a aplicarse parecen frías e impersonales. Por eso hace algunos años surgió la iedea de que no eran necesarias las reglas: todo lo que la persona "ética" necesitaría en determinada situación era decidir qué era lo más "agradable" que podía hacerse. Esa es una noción muy atrayente. Pero, ¿cómo descubrir qué es lo más "agradable" que pueda hacerse? ¿Cómo nosotros, seres falibles, podemos contemplar el futuro y determinar con precisión el curso que traerá beneficios para nosotros y para los demás? Aun así, quienes piensan de esa forma tienen cierta razón. La Biblia misma dice que toda la ley se resume en el amor (Romanos 13: 08-10). El amor está en la base de la ley, en la raíz de sus restricciones, así como la causa de las reglas que los padres imponen al niño que aun no puede saber lo que es mejor para él. La diferencia es que no tenemos que ver el futuro a fin de determinar qué es lo más "agradable" que hacer. ¡Dios ha visto el futuro en nuestro lugar! Y en la ley expresa principios de moralidad que nos conducen a lo que es bueno. Por ejemplo Deuteronomio 15:4 promete que, si Israel obedece a la ley, jamás habrá pobres entre ellos. ¡La ley produciría una sociedad justa, en que la pobreza seria eliminada! Sí, dios sabe qué es lo más "agradeble" que hemos de hacer. Y jamás separa la ley de su amor. (continuara)

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