miércoles, 12 de agosto de 2015
Lección : Hebreos 10 : 31 al 33. Texto : Mateo 5: 10.
ESTUDIO BÍBLICO. Santiago, jueves 12 de agosto 2015.
Lección : Hebreos 10 : 31 al 33.
Texto : Mateo 5: 10.
vs. 31.- ¡Horrenda cosa es caer en manos del Dios vivo!
Este es un versículo interesante, y sería útil dedicarle algún tiempo. Es para cristianos y también para no creyentes. Dice que es una cosa terrible caer en manos del Dios vivo. En el libro de Esdras, capítulo 7, versículo 9, leemos: "9 El primer día del primer mes había dispuesto su partida de Babilonia, y el primero del mes quinto llegaba a Jerusalén. ¡La buena mano de Dios estaba con él!" En este caso, la mano de Dios estaba sobre aquel hombre para bien. Y Dios quiere poner su mano sobre usted, estimado oyente, para bien. Pero a veces Él coloca una mano muy pesada sobre Sus hijos. Los castiga, los hace vivir experiencias duras. Yo las he vivido y quizás usted también. David también las vivió y en el Salmo 32, versículo 4 dijo lo siguiente: "Porque de día y de noche se agravó sobre mí tu mano; se volvió mi verdor en sequedades de verano". ¿Qué estaba haciendo Dios? Estaba castigando, disciplinando a David, al hacerle pasar por tan duras experiencias. David había tratado de encubrir su pecado, pero Dios lo obligó a confesarlo y ocuparse de él. Por una razón similar, algunas veces la mano pesada de Dios es colocada sobre nosotros, que somos Sus hijos.
Sin embargo, la mano de Dios que castiga y disciplina es totalmente diferente a Su mano de juicio. Él dijo en el versículo 30: "Mía es la venganza, yo daré el pago". Dios no toma venganza de una manera rencorosa y vengativa. Pero Dios va a juzgar el pecado, y esto es algo que necesita ser enfatizado en nuestro tiempo. Escuchemos nuevamente al salmista en el Salmo 75, versículo 8: "La copa está en la mano del Señor; el vino está fermentado, lleno de mixtura, y él lo derrama; ¡hasta el fondo lo apurarán y lo beberán todos los impíos de la tierra!" Es que el salmista, así como el profeta, hablaron del juicio como un tiempo que llegaría cuando la copa de la ira se llenara. Y esa copa se está hoy llenando. Dios no tiene prisa en comenzar a actuar; Él es paciente, y no desea que alguien perezca, pero esa copa de juicio se está llenando. Y estimado oyente, es una copa amarga.
Esta copa del juicio de Dios está en el futuro de todo aquel "que pisotee al Hijo de Dios, y tenga por inmunda la sangre del pacto en la cual fue santificado y ofenda al espíritu de gracia" (como dice el versículo 29). Estimado oyente, si usted desprecia lo que Cristo ha hecho por usted en la cruz, en su futuro personal sólo quedará el juicio, y no habrá ninguna esperanza en absoluto para usted.
Este es el mismo punto que el escritor estaba recalcando a estos creyentes Hebreos. Bajo la Ley Mosaica ellos podían traer un sacrificio cada año, o cualquier día si así lo deseaban. Pero ya no lo podían hacer más; ese sistema había concluido. A partir de entonces, como nosotros, tenían que volverse al Señor Jesucristo.-
vs. 32.- Pero traed a la memoria los días pasados, en los cuales, después de haber sido iluminados, sostuvisteis gran combate de padecimientos;
33 por una parte, ciertamente, con vituperios y tribulaciones fuisteis hechos espectáculo; y por otra, llegasteis a ser compañeros de los que estaban en una situación semejante.
Suponemos que los Hebreos a quienes fue dirigida esta carta, eran salvos. No parecía haber ninguna duda en la mente del escritor de que ellos eran creyentes.
"Por una parte, ciertamente, con vituperios (o insultos) y tribulaciones fuisteis hechos espectáculo, y por otra, llegasteis a ser compañeros de los que estaban en una situación semejante: porque de los presos también os compadecisteis, y el despojo de vuestros bienes sufristeis con gozo, sabiendo que tenéis en vosotros una mejor y perdurable herencia en los cielos."
Dice aquí "fuisteis hechos espectáculo". Es que los cristianos fueron convertidos en un espectáculo público.
Y también dice "el despojo de vuestros bienes sufristeis con gozo". Aparentemente, algunos de los creyentes habían sido encarcelados por su fe, mientras que otros habían experimentado la confiscación de sus bienes. El escritor les estaba recordando su fe y paciencia durante esos tiempos de prueba.
pastor SAMUEL RICARDO siervo de Jesucristo.-
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